Comienza la exhumación de la fosa 548 del cementerio de San Eufrasio en Jaén
Más de ochenta años después del inicio de la Guerra Civil, y tras varios retrasos por cuestiones técnicas, Jaén comienza una de las intervenciones más significativas para su memoria democrática. Se han iniciado ya los trabajos de exhumación de la fosa 548, localizada en el cementerio de San Eufrasio de la capital, donde yacen los restos de más de 170 personas represaliadas por el franquismo entre 1939 y 1940. Autoridades políticas y representantes de asociaciones memorialistas han visitado esta mañana las obras, que fueron adjudicadas a la empresa del criminólogo y antropólogo forense Erik Adrián Borja Miranda. “Tenemos seis meses proyectados de intervención arqueológica para la exhumación de las 173 víctimas que se estiman y se tienen registradas. Posteriormente, se realizará el análisis y el estudio antropológico de los restos con la extracción de muestras óseas genéticas para la identificación genética y el cotejo de los familiares registrados”, ha explicado el coordinador del proyecto ante los medios.
La intervención, financiada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática con más de 357.000 euros, tiene como objetivo recuperar los restos de los asesinados en estos años oscuros y ponerlos a disposición de las familias para “darles la sepultura que se merece”, como ha explicado Pedro Fernández, delegado del Gobierno de España en Andalucía. “Es un momento de reivindicación y de recuperación de la dignidad de los represaliados”, ha resaltado Fernández, a la vez que ha definido esta actuación como un “acto de justicia”. “Los que pertenecen a esta fosa han sido representantes políticos o sindicales, que ejercieron una actividad política libre y que, desgraciadamente, por eso, terminaron en esta zona”, ha especificado Julio Millán, alcalde de la ciudad.
Esta es tan solo la primera de las tres fosas de este camposanto, que se prevé que alberga más de mil víctimas de la represión franquista. Según el mapa de fosas comunes de la Junta de Andalucía, la 484 alberga una treintena de cuerpos, mientras que en la 702, la de mayor tamaño y sobre la que se construyó el monumento a los represaliados, se habrían sepultado a 1.028 personas fusiladas. A día de hoy, no hay un acuerdo cerrado para empezar a exhumar estos puntos.