Calvario y dolor en una noche para el recuerdo en San Juan
VÍDEO
En el antiguo y extinto Convento de Santa Catalina, adyacente al barrio popular de San Juan, comienza la historia de la Congregación del Santo Sepulcro de Jaén. Cada Viernes Santo, la plaza que recibe el mismo nombre es un polvorín de personas que renuevan su cita para ver su dificultosa salida. La inclinación de la rampa para superar tanto el dintel como los escalones, aderezado de un estrechamiento considerable es un escollo para los hermanos costaleros, pero emocionante para un pueblo, que, a pesar de ser día de luto, no puede contenerse. La banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Carmen de Almería que acompañó al Santísimo Cristo del Calvario, comenzó a blandir el metal en la tarde más oscura del año. Sones lúgubres al toque de “Oración” para que, al sonido del llamador, el portentoso Misterio, con las tallas de Sebastián de Solís, se dispusiera hacia la rampa principal, informa Juanjo Armijo.
Volveríamos a la parroquial ahora si, para ver al titular que da nombre a la cofradía y que tallara Juan Abascal: El Santo Sepulcro. Una vez en la plaza, la Banda de Música “Pedro Morales” que acompañó en esta jornada a la Virgen de los Dolores, interpretaría la pieza que compusiera Wolfgang Amadeus Mozart, fragmento del Réquiem en re menor, K. 626, una misa fúnebre que dejó incompleta antes de morir en 1791. El cortejo de la cofradía fue avanzando por las calles de Jaén, mientras en el interior del templo se daban las indicaciones oportunas para salvar la salida del paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores. Con un transcurrir largo, la cofradía salió de su barrio durante unas horas, con la variante de sustituir la calle Eduardo Arroyo por calle Rastro. Las tres secciones fueron “comiendo calle” para ir poco a poco llegando a la calle Campana.
Momento importante el vivido cuando la cofradía se adentró en su barrio a través de la calle Madre de Dios para encontrarse con el Arco de San Lorenzo. Puerta que podría decirse es el inicio para retornar al barrio de San Juan, el cual transcurre por la calle Almendros Aguilar. Ya de vuelta y antes de la medianoche, los hermanos de la Congregación y sus cuadrillas portentosas de costaleros y costaleras, devolvieron a la parroquia a sus imágenes titulares que aguardan, de nuevo, que se puedan congregar los siervos de Cristo y María. Los de la Hermandad de San Juan.