Mueren tres palestinos tiroteados por las fuerzas de Israel en dos incidentes en Cisjordania

La ONU alerta de que “el conflicto está llegando de nuevo a un punto de ebullición”
Disturbios en Nablús, Cisjordania. / Shadi Jarar’ah / APA Images / ZU / DPA / Archivo Europa Press.
Diario de Jaén

Al menos tres palestinos, incluidos dos hermanos, han muerto este martes tras ser tiroteados por las fuerzas de seguridad de Israel en dos incidentes en Cisjordania, según han denunciado las autoridades palestinas, en medio de un repunte de las tensiones y la violencia durante los últimos meses que ha hecho saltar las alarmas internacionales ante el posible estallido de un conflicto. El Ministerio de Sanidad palestino ha indicado durante la madrugada que un hombre identificado como Mufid Mohamad Ijlil, de 44 años, ha muerto tras recibir un disparo en la cabeza durante un enfrentamiento con las fuerzas israelíes en la localidad cisjordana de Beit Umar, suceso que se ha saldado con otros nueve heridos de bala, incluido uno en estado grave.

Durante la madrugada, el Ejército israelí apuntó en su cuenta en la red social Twitter que dos vehículos militares que participaban en una “patrulla operativa” en Beit Umar quedaron “bloqueados” en el lugar debido a un “fallo técnico”. “Tras ello se registraron unos disturbios en los que participaron decenas de personas que lanzaron piedras, artefactos explosivos improvisados e incluso dispararon contra las fuerzas (israelíes), que respondieron con medidas para dispersar a los manifestantes con fuego real”, explicó.

“Los vehículos fueron rescatados por fuerzas del Ejército que entraron en la localidad. No hubo heridos entre nuestras fuerzas y se han registrado daños menores en los vehículos. El incidente está siendo investigado”, manifestó, sin pronunciarse sobre posibles bajas entre los palestinos.

Poco después, el Ministerio de Sanidad palestino ha indicado en su cuenta en la red social Facebook que otros dos hombres, Yauad Abdelrahmán Rimaui y Dafer Abdelrahmán Rimaui, de 22 y 21 años, respectivamente, han muerto tras ser tiroteados durante un incidente en la localidad de Kafr Ain. Así, ha recalcado que 205 palestinos han muerto en lo que va de año, incluidos 153 “mártires” en Cisjordania y Jerusalén Este y 52 en la Franja de Gaza.

Según las informaciones recogidas por la agencia palestina de noticias WAFA, tras los incidentes ha sido convocada una huelga general en la ciudad de Ramala, cercana a Kafr Ain. Por su parte, el Ejército israelí ha señalado que está analizando lo sucedido. El coordinador especial de Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, alertó durante la jornada del lunes de que “tras décadas de persistente violencia, expansión de los asentamientos ilegales, negociaciones inactivas y profundización de la ocupación, el conflicto está llegando de nuevo a un punto de ebullición”.

En una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Wennesland hizo hincapié en que “los altos niveles de violencia en Cisjordania e Israel durante los últimos meses, incluidos ataques contra civiles israelíes y palestinos, el aumento del uso de armas y la violencia relacionada con los colonos han causado un grave sufrimiento humano”. “La semana pasada condené un atentado en Jerusalén que mató a dos israelíes, incluido uno de 16 años, e hirió a más de una decena de civiles. Estos actos de terrorismo deben ser claramente rechazados y condenados por todos. Días antes, condené un ataque violento de colonos israelíes contra palestinos en Hebrón que podría agravar un clima ya tenso. Todos tienen la responsabilidad de actuar contra los extremistas y denunciar estos actos de violencia e incitación”, dijo.

Wennesland sostuvo que “este aumento de la violencia en los Territorios Palestinos Ocupados tiene lugar en el contexto de un proceso de paz estancado y una ocupación arraigada, en medio de unos crecientes desafíos a nivel económico e institucional por parte de la Autoridad Palestina”. “Las tendencias globales y el descenso del apoyo de los donantes han reforzado estos desafíos, junto con una ausencia de renovación democrática para el pueblo palestino”, lamentó. “En Gaza, la frágil calma fue interrumpida recientemente con el lanzamiento de cuatro cohetes hacia Israel por parte de milicianos palestinos, lo que derivó en bombardeos del Ejército de Israel contra lo que dijo que eran objetivos de Hamás. De nuevo, se nos recuerda que la mezcla de actividad miliciana, cierres debilitantes, ausencia de un Gobierno palestino legítimo y desesperanza crean un perenne riesgo de escalada”, alertó.

Proceso político para la solución de dos estados

Por ello, defendió que trabaja para “abordar las amenazas inmediatas a la estabilidad y los objetivos a largo plazo”, al tiempo que apuntó a “progresos”, incluida la aprobación por parte de Israel del “mayor número de permisos para que palestinos de Gaza trabajen en Israel desde 2007” y la aprobación de la entrada de “materiales de doble uso” por primera vez en más de una década. “Sin embargo, las restricciones y los retrasos siguen afectando negativamente a los esfuerzos humanitarios y de desarrollo, así como a importantes sectores de la economía, por lo que queda mucho por hacer”, arguyó.

“Estas medidas preventivas y de reducción de conflicto, así como las interacciones diplomáticas, han ayudado a mantener la calma sobre el terreno y dar algo de espacio para el progreso, pero sin un movimiento tangible en la vía política, es probable que estos beneficios tengan una vida corta”, dijo Wennesland, quien reseñó que “si bien los sucesos sobre el terreno están atrapados en un ciclo interminable, la verdad es que nada es estático en este conflicto”.

“Congelar el conflicto o gestionarlo de forma permanente no son opciones viables. Mientras aumenta la violencia, la expansión de los asentamientos y las restricciones siguen agotando el espacio económico y físico para el desarrollo de un Estado palestino viable. Además, la demografía se mueve más rápido que la política. En pocos años, el crecimiento exponencial de la población en Cisjordania y Gaza hará difícil, sino imposible, gestionar la situación económica, política y de seguridad”, sostuvo.

Así, apuntó que “los líderes políticos deben cambiar de trayectoria hacia una solución de dos estados” y añadió que “un fracaso a la hora de abordar las causas subyacentes del conflicto, así como las tendencias negativas, sin que se demuestre un claro camino político hacia adelante, derivará en un recrudecimiento del conflicto que causará más derramamiento de sangre y miseria y que tendrá un efecto profundamente desestabilizador en toda la región”.

“Las tendencias actuales no dan estabilidad ni seguridad a nadie. Por ello, es necesario dar pasos urgentes hacia la solución de dos estados, que aún cuenta con un apoyo considerable entre palestinos e israelíes. A través de pasos graduales, pero tangibles, podremos construir un puente desde donde estamos ahora y las condiciones necesarias para una resolución pacífica de conflicto basada en las resoluciones de la ONU, el Derecho Internacional y los acuerdos previos”, manifestó.

Wennesland abogó por ello por “seguir interactuando con las partes para reducir las tensiones y hacer frente a las tendencias negativas, particularmente las que afectan a asuntos de estatus final”, incluido “mantener el statu quo en los lugares sagrados, en línea con el papel especial e histórico de Jordania”, en referencia a las tensiones en torno a la Explanada de las Mezquitas, conocida por los judíos como Monte del Templo y situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

“Solo los palestinos y los israelíes pueden determinar juntos su futuro, pero la ONU y la comunidad internacional, incluidos los marcos regionales e internacionales, deben apoyar a las partes a la hora de avanzar hacia un horizonte político alineado con los principios fundamentales (para solucionar el conflicto). Pese a la desolación existente, y de hecho a causa de ella, animo a todos a volver a comprometernos con este objetivo ambicioso pero posible”, zanjó.