El presidente de Israel pide negociaciones tras retirar Netanyahu su reforma judicial

Dos sondeos apuntan a que la coalición gubernamental perdería la mayoría parlamentaria si se celebraran ahora elecciones
Una de las protestas contra la reforma de Netanyahu. / Europa Press.
Diario de Jaén

El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha mantenido conversaciones con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y los dos principales líderes opositores para iniciar negociaciones “inmediatas” sobre la reforma judicial, después de que Netanyahu suspendiera el lunes los trámites ante la oleada de protestas y unas huelgas sin precedentes en el país. La oficina de Herzog ha indicado que el presidente ha solicitado a Netanyahu, al ex primer ministro Yair Lapid, líder de Yesh Atid; y al exministro de Defensa Benjamin Gantz, líder del Partido Unidad Nacional; que presenten equipos negociadores de cara al inicio de las conversaciones. Tras ello, Gantz y Lapid han anunciado la composición de las delegaciones de ambos partidos, si bien por el momento Netanyahu no ha especificado quiénes integrarían el equipo del Gobierno, conformado por una coalición de partidos ultraderechistas y ultraortodoxos, según ha recogido el diario ‘The Times of Israel’. A pesar del anuncio de Netanyahu sobre una pausa en los procedimientos en el Parlamento, también conocido como Knesset, la coalición gubernamental ha presentado a votación final este mismo martes su proyecto sobre nombramientos judiciales, uno de los puntos más controvertidos de la reforma. Por otra parte, dos sondeos publicados en las últimas horas por las cadenas de televisión Kan y Channel 12 revelan que la coalición perdería su mayoría en la Knesset en caso de que las elecciones se celebraran en este momento. Así, el Likud de Netanyahu pasaría de 32 a 25 escaños, mientras que Yesh Atid se quedaría con 22, dos menos que ahora. Sin embargo, el Partido de Unidad Nacional de Gantz aumentaría sus apoyos hasta los 21 ó 23 escaños, muy por encima de los doce que tiene actualmente.

Por lo demás, la distribución de escaños sería similar a la actual, lo que provocaría que los partidos de la coalición —Likud, Shas, Judaísmo Unido de la Torá, Sionismo Religioso y Otzma Yehudit— se quedaran con entre 53 y 54 escaños, por debajo de los 61 necesarios para tener la mayoría parlamentaria.

Por su parte, los opositores Yesh Atid, Unidad Nacional, el Partido Laborista, Meretz, Yistarl Beitenu y Raam —todos ellos parte de la coalición derrotada en las elecciones del 1 de noviembre de 2022— podrían sumar entre 61 y 62 escaños, con lo que tendrían la llave para formar Gobierno si lograran firmar un nuevo acuerdo. El primer ministro anunció el lunes la paralización de los trámites y recalcó “no estar dispuesto a aceptar que haya una minoría de extremistas que estén dispuestos a destrozar nuestro país, y arrastrarnos a la guerra civil”, una medida aplaudida por la oposición, que ha reclamado un diálogo para consensuar la reforma. La declaración de Netanyahu llegó tras una jornada de masivas movilizaciones en el país que se vio secundada por un llamamiento a una huelga “histórica” por parte del el presidente de la Histadrut —la organización de sindicatos de Israel—, Arnon Bar-David, a la que se sumaron funcionarios, trabajadores médicos y otros empleados públicos. De salir adelante, la reforma daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados.