Un homenaje como Paco Segura se merecía, en Siles, con toda la comarca aplaudiendo
A veces los astros se alinean, o quizá sean los hados, da igual, que cada cual se agarre a aquello en que crea. El caso es que lo vivido a orillas de las aguas que embalsa la presa de Siles, ha supuesto para quien esto escribe, uno de esos regalos increíbles que de vez en cuando acechan tras la puerta. Que toda una comarca se funda, diluya sus fronteras municipales, para tomar forma y grandeza en un ser humano, es algo increíble. Y esas cosas no están al alcance de cualquiera, es difícil encontrar tanto afecto, amor y respeto. Pues ese señor, en apariencia frágil, voló sobre sus muletas para mostrarse como uno de esos súper héroes que consiguen poner de acuerdo a casi todos; se llama, según su DNI, Francisco López Jiménez, a la sazón Paco Segura desde que arribó al Madrid de finales de los 70, convirtió el embarcadero en su Sierra de Segura entera, junto a esas aguas hizo una faena potente que consiguió atrapar en las redes de su buen hacer a muchos amigos y admiradores. Fue línea argumental desde el primer momento, y durante las más de tres horas de total entrega, el deseo del cantautor de que hubiese besos, muchos besos, achuchones y abrazos, la vida, repitió varias veces necesita de esos besos, no los dejéis atrapados en vuestro interior, dejarlos volar y llegar.
Con la explanada abarrotada de gente, un escenario cuyo telón de fondo eran las aguas cristalinas del embalse, todo barruntaba lo que fue, una gran noche. Paco que ha compartido cantes con gente como Aute o Sabina, se encontraba como ese chiquillo con zapatos nuevos, su incredulidad no era impostada, realmente se notaba que aquello le estaba sobrepasando, no se sentía siquiera el homenajeado y si más bien el solista de uno más de sus miles de conciertos. De Paco Segura se ha escrito largo y tendido estas semanas en las páginas de Diario JAÉN, y por eso me alejaré de su figura, de su hacer allende las fronteras provinciales. He empezado a escribir estas líneas varias veces, y varias veces han sido las que he borrado, porque solo me salía la palabra amor en cada frase, pero ay, es que más de 180 minutos fueron de puro frenesí carnal y emocional. Por la pantalla que había detrás de él, que por su problema de movilidad no pudo ver, pero sí escuchar, desfilaron amigos, gente que le quiere, que no se olvidan del tipo de Génave que duerme en la habitación misma donde nació. Hubo poemas elaborados para la ocasión, ea Paco, que te escriban poemas no está nada mal, quedó más que demostrado en las palabras de Jacinto, cuya composición ya era un preludio de que los besos, esos que Paco alentaba, no iban a faltar. Esos vídeos de Saturnino, Joaquín Lera, Casimiro, Rocío Márquez, Luis Farnox, Cidarque y Miguel Heredia, los flamencos de la serranía, o Juan Antonio Muriel, llegaron a llenar el espacio de admiración, sincera devoción diría yo, hacia Paco Segura. Y el genio, sentado sobre una mesa y llenando con su presencia el escenario al completo, tenía que contenerse para no soltar unas lagrimillas.
Y Paco nos hizo soñar, nos deleitó con canciones salidas del alma, letras que solo pueden surgir de las entrañas de una buena persona. Como la ocasión lo requería, muchos artistas locales, y venidos de fuera, quisieron pasar por el escenario y compartir lo que los músicos saben y quieren hacer, música. Junto a él, en el escenario hubo pasarela de grandes, porque grandes no son solo los que tienen renombre sino aquellos que tienen el don de hacer de manera excelente su trabajo, componer y cantar. Así, con la luna asomando sobre las cimas montañosas y las aguas dando un tono especial al decorado, se sumaron a la fiesta, porque de eso se trataba, no era un más que merecido homenaje, que también, era participar en la fiesta y el alborozo de un momento especial. José Vicente nos trajo sones de Venezuela, el coro de Puente de Génave, la Coral Faustino Serrano, a los mandos de Alicia, aportaron la grandeza adquirida de las gentes sencillas que se empeñan, y lo consiguen, en una profesionalidad fuera de dudas, un poeta de estos lares, Andrés Ortiz, que volvió a tocar en un escenario con una canción escrita para la ocasión. Ya lo de la colaboración entre El Barbas y Paco, simplemente sublime. Hasta un flautista de “Hamelín” se unió al evento, Juan, un Pekenike que se nos hizo mayor.
Y como colofón, Paco y lo que es su grupo desde que volvió de esos mundos a su Sierra, su serranía querida. La actuación del grupo Aire Solano vino a definir muy bien lo ocurrido en el embarcadero de la presa de Siles, con las aguas brillando y las estrellas y la luna uniéndose al espectáculo. Y vino una nota, se sumo otra, y llegó una tercera, brotó un acorde. Alimentados de buena música y camaradería, Eleuterio Muñoz, presidente del Consejo de Administración de Diario JAÉN, quiso hacer llegar al Paco que todos quisimos arropar, el agradecimiento y un pequeño presente, una estatuilla muy especial para el rotativo, el niño repartidor de periódicos. Esto hizo surgir la naturaleza humilde del cantautor. ¿Qué méritos tengo para que el periódico de referencia provincial lleve hablando de mí, varias semanas? Desde estas líneas te voy a responder Paco Segura. Has sido grande en lo tuyo, nunca olvidaste de dónde eras y cuales fueron tus raíces. Un tipo que volvió para aposentarse en la casa de sus progenitores y dormir donde su madre lo parió, merece, ya de por sí, todo. Larga vida a la música, larga vida a Paco Segura, el chiquillo que nació en Génave, se crió en Torres de Albanchez, y al que tras recorrer medio mundo, los serranos, todos, lo consideran uno de los suyos.