Saramago: Un día, cien años

Crónica especial del Centenario del Nobel de Literatura, que visitó Jaén y tiene una calle con su nombre en la capital
José Saramago, en la orilla del mar.
Diario de Jaén

CRÓNICA DE ANA MERCEDES CANO / ENVIADA ESPECIAL

Diario JAÉN ha vivido en primera línea los actos del día 16 de noviembre, Centenario del nacimiento de Saramago en Lisboa, una ciudad que se ha volcado con su Nobel de Literatura, un autor que, a doce años de su muerte “está más vivo y está siendo más leído que nunca”. Los actos que han contado con el apoyo de todas las instituciones portuguesas, encabezadas por el primer ministro, Antonio Costa, han sido organizados por la Fundación José Saramago que vela por la obra del autor, la defensa y difusión de los Derechos humanos, la promoción de las literaturas y la conservación del medio ambiente.

Palabra y música, las pasiones del Nobel, lecturas de libros, conciertos y ópera, han centrado los actos de conmemoración del centenario del nacimiento de José Saramago en Lisboa (Portugal), que se han celebrado también con sencillez y hondura, dos características de un hombre que captó como nadie el latido del alma portuguesa y, por extensión, de la sociedad actual de cualquier lugar del mundo.

“Siempre llegamos al lugar donde se nos espera” y en su centenario Saramago ha llegado a lo más profundo del corazón de los lisboetas y los portugueses que se han volcado en los actos de clausura del Centenario de su poeta más universal y único Nobel en lengua portuguesa, que recibió en 1998.

El día comenzó con una ligera llovizna y un persistente nublado que venía a poner en el ambiente un punto de melancolía y pesimismo, o mejor como dice su compañera, “realismo”, propios del Nobel. Pero, pronto la jornada se impregnó de un alegre bullicio en la plaza frente a la Casa dos Bicos, sede de la Fundación Saramago, situada en pleno centro de Lisboa, con el color de una sencilla ofrenda floral de claveles rojos y blancos al pie del olivo donde reposan las cenizas del Nobel y con el calor de los lisboetas que acudieron emocionados durante todo el día para participar en las celebraciones. El presidente de la Cámara de Lisboa, el alcalde Carlos Moedas junto con la presidenta de la Fundación Saramago Pilar del Río iniciaron la ofrenda floral, seguidos de una amplia representación del Cabildo Insular de Lanzarote encabezada por la presidenta Dolores Corujo y el biógrafo de Saramago y presidente de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera.

El primer ministro de Portugal Antonio Costa y el ganador del Premio José Saramago, el escritor brasileño Rafael Gallo.

Portugal lee a Saramago. “A la aldea le dicen Azinhaga, está en ese lugar por así decirlo desde los albores de la nacionalidad...” leyó con su modulada voz la veterana actriz, María do Céu Guerra, quién abrió la lectura del libro “Las pequeñas memorias” de Saramago, ante la atenta mirada del primer ministro portugués, Antonio Costa. El mandatario socialista destacó el valor de Saramago como referente, “un hombre extraordinario que aprendió a leer trabajando y descubrió los libros en las bibliotecas públicas”. Elogió la humanidad y la contemporaneidad del Nobel y apostó “por la paz que es posible con diálogo como siempre defendió Saramago”. Al mismo tiempo, todos los institutos de Portugal y de varios países iberoamericanos leyeron libros del Nobel. El presidente portugués, Rebelo de Sousa, estuvo con los alumnos de la escuela “José Saramago” en Mafra.

Por su parte, la compañera del Nobel desaparecido el 18 de junio de 2010, la traductora y periodista andaluza, Pilar del Río subrayó que “asistimos al centenario de un hombre bueno que recorrió su siglo, que nos ayuda a pensar y que debemos mantener en la memoria “porque sin memoria no existiríamos y si la hacemos desaparecer no deberíamos existir”.

La lectura de “Las pequeñas memorias” del autor de “Ensayo sobre la ceguera”, continuó durante todo el día en la Biblioteca de la Fundación donde decenas de personas, que hacían cola para apuntarse, fueron turnándose de forma ininterrumpida e inundaron la Fundación con las palabras de Saramago con distintos sonidos, acentos y emociones, como un país levantado del suelo en honor de su Nobel de literatura. Al tiempo, una sucesión de músicos interpretaron piezas clásicas al chelo o al violín. Atentos a la lectura se dieron cita desde la veterana y gran autora brasileña Nélida Piñón, hasta el último “Premio Literario José Saramago”, el joven autor brasileño Rafael Gallo.

Pilar del Río desplegó, junto al director de la Fundación, Sergio Machado Letria y su exiguo equipo, una frenética actividad para atender a tantas delegaciones, personas individuales y medios de comunicación que querían dejar constancia del aprecio que dispensan al Nobel. Estos días se ha celebrado también en Lisboa, un ciclo de cine inspirado en los libros del Saramago, el autor considerado “voz de la conciencia cívica y la democracia”. Antes de terminar la lectura alumnos de un colegio lisboeta cantaron junto al olivo un emocionante cumpleaños feliz para el Nobel. También hubo un brindis con Oporto por Saramago al término de la lectura de “Las pequeñas memorias”.

De izquierda a derecha, la periodista Ana Mercedes Cano, Pilar del Río, la actriz María do Céu Guerra, la escritora brasileña Nélida Piñón y la periodista y escritora sevillana, Eva Díaz-Pérez.

Blimunda, símbolo omnipresente. Las mujeres saramaguianas, esas mujeres símbolo, las heroínas del universo narrativo del Nobel, han sido reivindicadas como ejemplos del feminismo practicante de Saramago y, seis de esas mujeres, entre ellas María de Magdala, Lidia Blimunda Sietelunas, forman parte de la exposición temporal que se exhibe estos días en la Fundación. El biógrafo de Saramago, Fernando Gómez Aguilera ha destacado el coraje, la valentía y la fuerza de esas mujeres y que, como una más de ellas, la abuela Josefa del escritor, inspiró su libro “La consistencia de los sueños”, y la exposición del mismo título con la que Saramago se “reconcilio” con Lisboa tras aquel episodio de censura de su libro “El evangelio según Jesucristo”. Ese ataque a la libertad de expresión llevó al escritor a abandonar Lisboa e instalarse en Lanzarote en 1992. Y allí, en A Casa de Lanzarote, el escritor que escribía para desasosegar, se convirtió en referente literario y moral de su siglo y en Premio Nobel de Literatura en 1998.

Esta jornada tan especial del Centenario de Saramago, un apasionado de la música, se clausuró precisamente con la última representación en el teatro Nacional San Carlos de Lisboa de la ópera Blimunda, cuyo libreto está inspirado en textos de “Memorial del convento”, una de las novelas más carismáticas del Nobel. La ópera Blimunda, esa mujer que tenía la capacidad de ver en el interior de las personas, ha sido el acontecimiento musical de la temporada en Lisboa.

La noche saramaguiana, se cerró con una celebración íntima en el Chiado, en el restaurante Farta Brutos, el favorito de Saramago y Pilar del Río, un sencillo templo gastronómico donde el Nobel tiene su lugar reservado desde 1980. Allí sus más íntimos brindaron y cantaron “Arcadi” de Fernando Lopes y el fado basado en un poema del Nobel “Aprendamos o rito” de Carlos Do Carmo en honor del añorado “amigo” José Saramago, quien a buen seguro, con su estar estoico, imaginamos que levemente sonreiría complacido, donde quiera que esté, como en la foto que preside esa mesa. En memoria de su defensa y apuesta por el iberismo se escuchó decir: Obrigado, Saramago, gracias, Saramago.

Silla vacía en honor del Nobel en el restaurante Forta Brutos de Lisboa, el favorito de José Saramago y Pilar del Río.

Humanismo realista

“El Centenario de José Saramago ha superado todas las expectativas y desbordado hasta las previsiones más optimistas que teníamos en la Fundación” ha indicado en una declaración exclusiva a Diario JAÉN, Pilar del Río, compañera del Nobel durante más de dos décadas. Actividades que se han celebrado en todo el mundo, que no han concluido aún y que se extenderán a lo largo de los años sucesivos.

“De las cosas hermosas que han ocurrido destaca la periodista andaluza (objeto de las más bellas dedicatorias de libros por parte de Saramago), las lecturas a la misma hora en los institutos de Portugal, Canarias, Brasil, México o Argentina, las dibujos de Saramago que han hecho los niños de muchos lugares del mundo o el “cumpleaños feliz” que le cantaron a las puertas de la Fundación los “meninos” de un colegio lisboeta para el “menino Saramago”, que cumplía cien años”.

¿Por qué conmueve tanto Saramago? Y Pilar del Río contesta con firmeza que “por su contemporaneidad, porque es una voz de nuestro tiempo, que nos interpreta, nos cuenta y nos ayuda a pensar. Dicen —continua— que Saramago es un escritor pesimista pero, lamentablemente, es más realista que pesimista, y además siempre hay su fondo de esperanza en sus libros porque tenía una gran confianza en los seres humanos. Saramago decía, coincidiendo con la guerra de Irak, que hay dos potencias, una es Estados Unidos, la otra eres tú. Eso lo notan los lectores que se siente respetados por el escritor que derrochaba imaginación, compasión e ironía y, por ello, este centenario se ha celebrado de forma tan intensa, tan emocionante y tan bonita”. El escritor no está, pero siempre nos quedaran sus libros.

Libros andaluces para el premio Nobel

Tres autores andaluces, la esposa de Saramago Pilar del Río, la periodista sevillana experta en el Nobel Mercedes de Pablos y, el cantaor y escritor granadino Juan Pinilla, han escrito libros que vienen a ampliar el conocimiento del inabarcable escritor luso, considerado también como Nobel de la Paz por su defensa de los desfavorecidos y de las causas justas allá donde se vieran amenazadas. “La intuición de la isla”. Los días de José Saramago en Lanzarote, del que es autora Pilar del Río de la Editorial Itineraria; “José Saramago. A la altura del hombre” de Mercedes de Pablos, de la Centro Andaluz de las Letras. Consejería de Turismo, Cultura y Deportes. Junta de Andalucía y “Saramago. El Nobel de lo imposible” del escritor Juan Pinilla, editado por Atrapasueños.

Ofrenda de flores del alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, a Saramago acompañado de la directora de la Fundación del Nobel de Literatura.

La semilla y los frutos

Así se titula la exposición permanente de la Fundación José Saramago que se caracteriza porque ofrece un notable protagonismo a los libros, todos los del autor, pero también los escritos por investigadores y estudiosos de su obra de todo el mundo. Incorpora recursos audio- visuales que abren las puertas al denso y al rico mundo saramaguiano. Se creó en el mes de junio del año 2007.

Se encuentra en la Casa dos Bicos situada en el estuario del río, cuando el Tajo se hace mar, en pleno corazón de Lisboa, una casa señorial, extraordinariamente restaurada y que integra restos arqueológicos que muestran la evolución arquitectónica del inmueble. Cuenta con una delegación en Azinhaga, aldea natal del Nobel. También con A casa, la casa familiar del Nobel en la isla de Lanzarote.

Es una institución cultural privada declarada de utilidad pública que, además de la exposición permanente, cuenta con una biblioteca auditorio donde se celebran representaciones teatrales, exposiciones, coloquios y presentaciones de libros. Frente a su fachada de la Casa dos Bicos, en una plaza abierta al mar, hay plantado un olivo traído de Azinhaga que protege las cenizas del escritor. El último símbolo de la ciudad de Lisboa.

Una visita y una calle en Jaén

El escritor portugués que se consideraba andaluz como dijo en su discurso de nombramiento como hijo predilecto de Andalucía en 2007, “Andalucía no es mi tierra, pero si es tierra mía”, visitó la ciudad de Jaén el 10 de octubre de 2005 para participar en una jornada sobre la recuperación de la memoria democrática que se celebró en la antigua Prisión Provincial. La jornada coincidió con la demolición de esta cárcel, símbolo del sufrimiento de centenares de represaliados por el régimen franquista. Saramago, siempre atento a defender las causas justas, y siguiendo la estela de asociaciones memorialistas como la denominada como su novela “Todos los nombres”, vino a Jaén donde nunca antes había estado un Nobel y deslumbró con una conferencia titulada “De la sombra a la luz”. En esta jornada se abordaron cuestiones como la Guerra Civil en la cárcel de Huelva, la violencia selectiva o el terror de Queipo de Llano y se rescató del olvido el papel de las presas del franquismo, sus hijos y los niños perdidos de la dictadura.

Saramago cuenta en nuestra capital con una calle en el barrio de Peñamefecit. Va a ser verdad la parábola que dijo José Saramago, que “siempre llegamos al lugar donde se nos espera”.