Rendidos a la obra de un icono: Carmelo Palomino

La exposición homenaje al pintor jiennense es todo un éxito en su inauguración en el Palacio Provincial de Jaén
Visitantes a la exposición de Carmelo Palomino, el día de la inauguración. / Álvaro Guzguti / Diario JAÉN.
Rafael Palomino, Miguel Viribay, Verónica Soriano, Gabriel Ureña y Juan Antonio Martínez Pozo, en la mesa redonda.
Álvaro Guzguti

El Palacio Provincial de Jaén acogió ayer un verdadero homenaje a la vida y obra del maestro pintor jiennense Carmelo Palomino. Motivados por el 25 aniversario de su muerte (falleció en Granada en el año 2000), los miembros de la Asociación de vecinos de Arco del Consuelo decidieron crear una exposición distinta a todas las que de él se habían hecho antes. Así, lograron convencer a muchos de los conocidos y amigos del artista de prestar las obras firmadas por Palomino que tienen en su poder. Una de ellas, Noche en la Casería, fue cedida por Diario JAÉN. A la inauguración acudieron distintas personalidades de la ciudad, como la diputada de Cultura y Deporte, África Colomo, o el alcalde de Jaén, Julio Millán. También estuvo presente, recibiendo a todos los asistentes, el hijo de Carmelo, Rafael Palomino, quien, además, participó posteriormente en la mesa redonda que se había organizado con motivo de esta apertura. Pocas veces una exposición de arte suscita este entusiasmo en la capital. La sala se llenó por completo de gente, y la mesa redonda tuvo un público tan numeroso que una veintena de personas tuvieron que escucharla de pie. En esta mesa participaron tres artistas conocedores de la obra y vida del pintor: Miguel Viribay, Gabriel Ureña y Juan Antonio Martínez Pozo. Todos ellos dirigidos por la historiadora del arte Verónica Soriano Gómez. El coloquio discurrió, primero, por un repaso a la formación, casi siempre “autodidacta” pero “intensa” de Palomino, explicada por Viribay. Después, Gabriel Ureña rebatió en parte esa idea de su colega, mencionando a dos de sus “profesores”: Paco Baños y Paco Zueras. Por último, Pozo relató dos anécdotas que vivió con Palomino en vida, cuando aún eran jóvenes y salían juntos por la provincia, y recordó los cuatro retratos que su amigo le había hecho en distintas ocasiones, uno de ellos expuesto en la sala. Por su parte, Verónica Soriano explicó, ante la pregunta de uno de los asistentes, su interés por el artista. Un interés que nació, dijo, de una casualidad: “Mi padre conoció a Carmelo, hicieron buenas migas, y desde entonces siempre me hablaba de su amigo pintor. Cuando estudié Historia del Arte y tuve que plantear mi Trabajo de Fin de Grado, decidí hacerlo sobre su figura. A partir de ahí conocí a mucha gente que me abrió la puerta de su mundo”.

Uno de los asuntos que más se trató al final del encuentro fue el impacto que Palomino tuvo en su época en la ciudad, y el impacto que debe tener en la juventud jiennense. A ese respecto, Gabriel Ureña afirmó que, a través de este tipo de exposiciones, se debe “lograr que la juventud conozca a Carmelo”, ya que él mismo, en vida, llegó a tener gran influencia en muchos de los artistas que lo conocieron y que estuvieron presentes en la inauguración. Verónica aseguró a este periódico que este artista jiennense no era apenas conocido por algunos de sus profesores de Historia del Arte. Algo que le impactó en aquel momento: “Estamos viendo obras de arte goyescas”, afirmó, y destacó “la forma de representar a la gente de la calle”, su “empatía” hacia esas personas, “cómo las trataba” a la hora de pintarlas.

Rafael Palomino, hijo de Carmelo, se mostró abrumado por la multitud de personas que se acercaron a la exposición. En palabras a este periódico, definió a su padre como un “pintor puro y duro”, explicando que se dedicó “exclusivamente a pintar desde que se levantaba”. Además, advirtió de que los jóvenes debían “interesarse más por los pintores de su ciudad”, acudiendo a actos culturales como este. La exposición dedicada a Carmelo Palomino estará abierta al público hasta el día 30 de mayo.