Luis Feo: “Mis obras tratan de engañar a la vista”

El artista madrileño inaugura la exposición “Reflexiones sobre la refracción (y otras contingencias)” en la sala Renace de Baeza
Luis Feo ha expuesto colecciones de 501 obras, y a veces puede llegar a trabajar en quince dibujos al mismo tiempo.
Álvaro Guzguti

LA ENTREVISTA

Los recuerdos, sobre todo si son de la infancia, producen un efecto de distorsión en la memoria. Nada fue tan bueno como lo recordamos, y siempre exagera la realidad. Esa dualidad se asemeja al efecto de refracción que provoca el agua en los objetos que, sumergidos parcialmente, ven distorsionada su imagen real. Con esta curiosa idea en la cabeza, el artista madrileño Luis Feo creó, al grafito, su última colección de dibujos, a la que puso por título: “Reflexiones sobre la refracción (y otras contingencias)”. Ayer la inauguró en la célebre sala Renace de Baeza.

—¿Por qué ese interés por el efecto de la refracción del agua?

—Yo, de pequeño, como ahora, me obsesionaba bastante con ciertas cosas, y siempre me interesó mucho cómo se deforman las cosas a través del agua, y cómo la luz entra y le hace al ojo ese juego tonto. Los que hacemos figuración realista trabajamos con la mentira constantemente, haciendo la trampa al ojo. Crees que lo puedes coger y luego es una pintura. Pero depende de la perspectiva: si miras mis dibujos desde cerca, comprobarás que se me ve el cartón, como se suele decir.

—¿Cómo utiliza el lápiz para obtener ese resultado?

—El principio del dibujo lo trabajo mucho con aerógrafo, que es como una pistolita de aire que no se utiliza mucho en España. Después trabajo con lápices de colores y con el grafito. Para las sombras utilizo un lápiz más duro. Cada uno me funciona para una cosa, voy cambiando.

—Ha expuesto en salas de todo el mundo: Londres, Amsterdam, Madrid, Barcelona... ¿Está España al mismo nivel artístico que el resto de Europa ?

—En España hay un nivelón. En lo que respecta a salas y, sobre todo, de pintores, escultores, o fotógrafos. En masculino y femenino. Siempre ha habido un gran nivel. Y siento admiración por todos ellos. Las salas, depende. Hay salas muy buenas, pero lo que importa es cómo te lleves y son épocas de trabajo. A la sala Renace, de Baeza, la conocía por amigos que han expuesto en ella, y es una maravilla. Las referencias que tengo son muy buenas, y la pareja que la lleva es un encanto. Les llevo un proyecto de 55 dibujos reunidos específicamente para ellos. Me lo propusieron y dije: voy de cabeza.

—Para dibujar, ¿trabaja con fotografías como referencia?

—Yo tengo una mesa en la que tengo los juguetes, los muñequitos. Les voy haciendo perrerías. Ahora me ha dado por meterlos en vasos de agua, pero antes les ponía un vaso vacío encima. Les hago una foto con el teléfono móvil, después hago un dibujo que sea cercano a la realidad, pero luego puedo borrar la foto del teléfono e inventármelo todo. Para esto, tengo una frase: Si soy capaz de engañar a mi ojo, seré capaz engañar a los demás.