Laura Revuelta indaga en la influencia íbera de Picasso

LA ENTREVISTA

Ana Lechuga. Laura Revuelta Sanjurjo es crítica de arte contemporáneo, comisaria de exposiciones y periodista. Ha sido conferenciante en el Museo del Prado y docente. Es autora del libro “El Objetivo. Fotógrafos del Drama” y ha participado en los ensayos “Cine XXI. Direcciones y directores entre otros”. La redactora jefe del suplemento ABC Cultural, participa en Jaén en el Ciclo Encuentros en el Museo Íbero con la charla “Picasso, el más íbero de los íberos”, en la que aborda la influencia del exvoto y otras piezas en la obra del pintor malagueño.

—¿Cómo valora su participación en este Ciclo de Encuentros?

—De entre la amplia colección de piezas de arte íbero de este Museo, me han dado a elegir algunas para generar un discurso sobre ellas. Cuando pude ver la colección de todas estas piezas, rápidamente seleccioné dos: una pequeña cabeza y un exvoto, ahí encontré la idea de vincularlo con Picasso. Es un ciclo muy interesante para ahondar en detalles del arte y de la historia.

—¿En qué puntos se concretará su intervención?

—Realmente el arte íbero es una de las grandes influencias en el arte de Picasso y en la generación del Cubismo. Y curiosamente los exvotos eran piezas que el artista coleccionaba. Por eso la elección del exvoto, y porque, anecdóticamente, la relación de Picasso con el arte íbero tiene detrás un robo que ocurrió a principios de siglo en el Louvre. Abordaré no sólo la relación artística, sino también una relación muy pasional de Picasso con el arte íbero, en el que hay un montón de anécdotas.

—Sorprende que no se haya hablado mucho de ello.

—En cuánto se ven las imágenes de algunas piezas cubistas junto a otras de piezas íberas, casi confundes. No sabes si las han hecho los íberos o las ha hecho Picasso. Hay exvotos, que él hace también, que son esculturas pequeñitas de mujeres que no sabrías decir quien inventó el cubismo; si lo inventó Picasso o lo inventaron los íberos. Es muy sorprendente que no se haya hablado mucho de ello hasta hace bien poco, si, pero cuando te lo cuentan y lo ves está bastante claro. En sus cuadros ves claramente que los rasgos de muchas de sus pinturas son íberos.

—¿Qué significa para ti que hayan contado contigo para este ciclo del Museo?

—Una sorpresa y un honor. Yo publique hace unos meses un ensayo que se llama Arte parece, plátano es, en el que hago un repaso por 21 hitos del arte contemporáneo en el siglo XXI, y uno de los personajes de los que hablo es del pintor malagueño. Yo creo que este libro es el que les ha llamado a contar conmigo, lo cual para mí es una gran satisfacción, porque significa que el libro está siendo bien recibido, y que el arte contemporáneo no se puede entender sin mirar al pasado.