Laura Galán: “No podemos excluir la realidad de mucha gente”
LA ENTREVISTA
Cerdita cuenta la historia de una adolescente con sobrepeso que, continuamnete, es insultada y acosada por un grupo de jóvenes de su edad. Laura Galán Montijano (Guadalajara, 1985) da vida a la protagonista de una película que brilló en la edición número 37 de los Premios Goya. Fue una verdadera estrella en un lujoso escenario en el que regaló unos cuantos titulares en forma de auténtica lección de vida. La Mejor Actriz Revelación, con capacidad de romper moldes a esas alturas del siglo XXI, tiene raíces jiennenses, conoce la provincia y vuelve siempre que su agenda se lo permite. Su madre nació y se crió en Valdepeñas de Jaén, donde tiene familia y una vivienda en una céntrica calle en la que guarda recuerdos de la infancia imborrables.
—¿Qué significa tener un Premio Goya en casa para usted?
—Una ilusión tremenda, es como un sueño. Cuando decidí ser actriz, ya no soñaba ni con tener un Goya, sino con poder ir a la Gala y, ahora, tengo al cabezón en casa y es como un sueño cumplido, es muy fuerte, todavía no lo tengo asimilado. Es muy bonito y espero que, profesionalmente, suponga más trabajo, que es lo que queremos todos.
—El galardón supone un triunfo fuera de los cánones establecidos por la sociedad. ¿Cuál es el mensaje que quiso lanzar con Sara?
—La verdad es que ahora me estoy dando cuenta de todo lo que ha supuesto esta película. La gente me escribe para darme las gracias porque cuerpos diversos no se exhiben mucho en las pantallas, por lo que si se abren puertas en este sentido, me parece genial. Hay que promover el respeto por la vida y, sobre todo, no podemos excluir la realidad de un montón de gente, porque yo pienso que mi talla es de las más usadas en España, por lo que lo suyo es que haya representación de todo tipo de cuerpos, porque somos diversos todos. Estoy muy contenta por haber podido lanzar ese mensaje y, por otro lado, el del bullying. Si con esta película, o con mi personaje, alguien ha encontrado una tabla en la que agarrarse y darse cuenta de lo que está mal, es para mí todo un honor, pero no sólo las víctimas, sino también los que generan el bullying de forma inconsciente.
—¿Hay similitudes entre Laura Galán y Sara, la protagonista de la película Cerdita?
—No, la verdad es que no, dejé la adolescencia hace muchos años. Quizás sí las hay en cuanto al cuerpo, pero yo no he sufrido bullying. Hay un gran ejercicio de aprendizaje y preparación y, aunque todos conocemos casos o a alguien que lo haya sufrido, lo que quiero decir es que no está muy alejado de mi realidad, pero no lo he vivido. Compartimos piel, cuerpo y emociones, pero quiero pensar que yo era diferente cuando era adolescente.
—Habrá sido para usted un ejercicio de aprendizaje...
—Mucho, a todos los niveles. En primer lugar, porque he conocido la realidad de los chicos y chicas que sufren bullying y cómo sufren y, en segundo, a nivel profesional, porque nunca había rodado tanto, con lo que he hecho un máster, porque estaba en todos los días de rodaje y en casi todas las secuencias, por lo que aprender cómo es el cine ha sido precioso y enriquecedor al máximo. Personalmente, mira todos los regalos que me sigue dando Cerdita. Es a todos los niveles.
—¿Le costó hablar y exhibir su físico sin tapujos?
—La verdad es que no, no me molesta mostrar mi cuerpo. A veces me dicen que qué valiente he sido con ponerme en biquini en la película y yo respondo si le preguntaríamos a una actriz lo mismo. No he sido valiente, estaba representando un papel. No me avergüenzo de mi cuerpo, no tengo ningún problema con él, al contrario, tengo mucho que agradecerle, porque me trae, me lleva, me alimenta, me saca de fiesta y me ha hecho parir y criar a mi hijo. En la adolescencia sí me planteé por qué no encajaba en la sociedad, si yo me encontraba bien, por qué ellos no me aceptaban y yo sí, pero ya está, estoy contenta. Me cabreo cuando voy a una tienda y no hay talla o recibo un comentario desafortunado, pero tampoco me influye en mi vida, paso rápido.
—¿Ha sido una liberación representar a Sara en Cerdita?
—Ha sido un placer, porque fui muy feliz en el rodaje, he sido muy feliz después y sigo feliz con el trabajo. Creo que ha sido bonito por lo que representa para la gente. Tenía miedo de ser protagonista y no dar la talla, pero no ha sido una liberación, sino un gusto.
—¿Cómo fueron los comienzos en el mundo de la interpretación?
—Desde pequeña, sin ser consciente, era fácil saber que me iba a dedicar a esto, porque me apuntaba a teatro en el colegio y en las actividades extraescolares, hasta que con dieciocho años pensé que podía ser algo profesional. Me apunté en una escuela, Arte4, y empecé a estudiar una diplomatura. Fue preciosa esta etapa y, a partir de ahí, empecé a hacer teatro y a dar clases a niños, a adolescentes y a mayores, también fui ayudante de profesores y de directores de teatro que me han ayudado mucho. Poco a poco, y aquí estamos, en la tarea.
—Habló en la Gala de los Premios Goya de un café con Carlota...
—Sí, fue un café con la directora de la película, Carlota Pereda, y del cortometraje que hicimos juntas. Ella me había visto en el teatro, pero no sabía si iba a encajar para el personaje, sobre todo por la edad, hasta que nos vimos y vio que sí.
—¿Cuál es su meta profesional?
—Seguir trabajando, ese es el objetivo, pagar la hipoteca. Tengo el Goya en casa, un honor, pero ahora lo que quiero es trabajar, porque con la tasa de paro que hay en la profesión, ese es mi objetivo principal.
—¿Teatro o cine?
—Siempre ha sido más fácil acceder al teatro para mí, pero el cine me ha gustado muchísimo. El teatro significa siempre casa.
—Hábleme de Valdepeñas de Jaén, donde están sus raíces maternas.
—Sigue siendo muy importante para nuestra casa, pero no vamos todo lo que nos gustaría, porque yo vivo en Madrid y mis padres en Guadalajara, pero seguimos teniendo casa allí y mi madre continúa con sus amistades más profundas y vamos todos los veranos. Ya tenemos poca familia en el pueblo, pero nos encanta ir y siempre que vamos tenemos la impresión de que seguimos allí, de que no nos hemos ido. Me encanta el pueblo, rodeado de naturaleza.
—¿Su familia le ha hecho sentirse jiennense?
—Nos tira Valdepeñas. Lo que nos han inculcado nuestros padres es el amor por nuestros pueblos, mi padre es de uno de Extremadura. La única pena que me da es que vivimos lejos y no podemos ir, me encantaría criar a mi hijo en Valdepeñas, podía ser precioso, pero la vida nos lleva a Madrid. Tengo un hermano más pequeño, que es actor también, Javier Galán, y queremos mucho a Valdepeñas.
—¿Qué visión tiene de Jaén?
—Es sinónimo de calidad de vida. No quería hablar del aceite, porque es lo más obvio del mundo, pero nosotros consumimos aceite de Valdepeñas, no nos falta en nuestra cocina. Tira mucho la tierra, tira Jaén.
—¿Qué dirían sus abuelos si la vieran con un Goya?
—Madre mía, madre mía, estarían loquísimos, felices, encantados, orgullosos... Supongo que en algún punto me estarán viendo. Me acuerdo mucho de ellos y seguro que ellos me apoyan desde donde estén.