Alba Villén habla en detalle sobre el corto “Vientres de arena”

El proyecto audiovisual se reproducirá en el Teatro Municipal “Maestro Álvarez Alonso” de Martos
Alba Villén, integrante de la Asociación Sáhara de Jaén y productora de la obra cinematográfica “Vientres de arena”.
Adrián Claudio Bonache

LA ENTREVISTA

La sensibilización sobre las condiciones de vida de la población refugiada saharaui llega hoy a Martos con la proyección del cortometraje-documental “Vientres de arena”, una cita que tendrá lugar en el Teatro Municipal Maestro Álvarez Alonso, en la sala B, a las 18:30 horas. Se trata de una obra dirigida por los hermanos Pablo y Álvaro Montes Sánchez, aunque también contaron con el apoyo de personas como la productora Alba Villén. Así, “Vientres de arena” trata de visibilizar la vulneración de derechos del pueblo saharaui, con especial hincapié en los celíacos. Alba Villén, integrante de la Asociación Sáhara de Jaén y productora de la obra cinematográfica “Vientres de arena”, cuenta a Diario JAÉN todo sobre el proyecto audiovisual.

—¿Cómo surgió la idea de grabar el cortometraje?

—En la Asociación Sáhara Jaén trabajamos desde hace muchos años con la población celíaca refugiada saharaui. Tenemos proyectos de salud en los campamentos de refugiados y, en particular, con la población celíaca porque es una casuística muy especial, y es que la saharaui es la población del mundo con más prevalencia de celiaquía. El dato común es un 1% de la población, pero en el Sáhara alcanza el 5,6%. Por ello, trabajamos en este aspecto con el acompañamiento, provisión de material necesario o biopsias para el diagnóstico de la celiaquía, entre otras cosas. Vimos en el cortometraje la oportunidad de visibilizar la situación.

—Sufrieron algunas limitaciones externas. ¿Qué sucedió?

—El corto se presentó en certámenes, como el impulsado por la FAO —Organización para la Alimentación y la Agricultura—, donde se ganó el premio. Nos lo comunicaron y de repente desaparecieron. Sentimos que se debió a las presiones de Marruecos con el objetivo de que no se sensibilizara sobre la situación en el Sáhara.

—¿De qué manera se puede afrontar esas limitaciones?

—Alzamos la voz a través de entrevistas que nos permiten visibilizar lo que sucede. Si Marruecos está ahí tres veces para vetarnos, nosotros estaremos cuatro. También intentamos enfrentar esas limitaciones a través de la proyección del corto-documental en todos los municipios donde podemos y, por supuesto, de la mano de la población saharaui.

—¿Cuál considera que es la vulneración de Derechos Humanos más evidente del corto?

—La población refugiada saharaui es la mayor muestra de esa vulneración. Quienes viven en territorios ocupados por Marruecos sufren diariamente los atentados contra sus derechos, ya que no puede aspirar a oportunidades laborales, educativas, de igualdad ni de ningún tipo. Tampoco pueden decir lo que piensan porque viven en una prisión impuesta por Marruecos. Nosotras trabajamos con las personas que no viven en esos espacios ocupados, sino en campamentos de refugio, por lo que su vida entera es consecuencia de la vulneración de Derechos Humanos durante 50 años.