Un golpe en la mesa

Guarda el Archivo Municipal documentos anteriores y posteriores al siglo XVI en los que, escritos con tinta de pluma y una letra sólo apta para ojos expertos, se reconoce las “penurias económicas” que atravesaba el “Concejo” de Jaén. Son expedientes, en forma de tesoro, dignos de una exposición, tanto por la forma como por el contenido, porque merece la pena disfrutar de una joya que simula una obra de arte y conocer nuestra propia historia para comprobar de dónde venimos y hacia dónde vamos. Han pasado unos cuantos años desde que nuestros antepasados dejaron impreso algo que, demasiado tiempo después, sigue de moda. El golpe en la mesa que dio el viernes el alcalde de la capital, Agustín González Romo, está repleto de significado. Vaya por delante que, antes que político, es un profesional de la economía, que en las cuentas no hay quien le gane y que, aunque le queda mucho camino por recorrer en todo lo que tiene que ver con la palestra de lo público, todo lo que diga de gestión y de números va a misa.

La situación del Ayuntamiento es crítica. Nada nuevo bajo el sol si se tiene en cuenta que, legislatura tras legislatura, quienes tuvieron el bastón de mando en la mano certificaron que, si fuera una empresa, estaría en quiebra, tendría que cerrar sus puertas y todos sus trabajadores irían a la calle. ¿Quién es el responsable? A estas alturas de la película, de nada sirve buscar culpable, pero sí señalar con el dedo a quienes están llamados a coger el toro por los cuernos, porque el problema ya no está sólo en pagar las nóminas, sino en el suministro eléctrico que abastece la ciudad, en llenar los coches de los policías locales de combustible o en enviar las cartas postales a los usuarios de un servicio público. Hoy se celebra un pleno extraordinario para revocar un recurso de reposición interpuesto por el Partido Socialista que impide disponer de los 3,3 millones del contrato de servicio de transporte urbano y, por lo tanto, abonar facturas de gasto corriente de aquí a final de año. Es cuestión de priorizar para tirar para adelante, de poner el parche para que la rueda funcione hasta el próximo destino... Sin embargo, el pinchazo no se arregla con una sesión plenaria y el roto para el “descosío”. Urge un plan de choque con implicación de todas las administraciones públicas con el fin de sanear las cuentas de unas arcas municipales con temperatura propias del Polo Norte.

Hay cientos de familias pendientes de que el Ayuntamiento les pague lo que les debe desde hace años, hay empresas que no quieren trabajar para la sede de la Plaza de Santa María porque si te he visto no me acuerdo, hay quienes tuvieron que rebajar el importe de un servicio para, al menos, pillar cacho... Esa es la realidad de ahora y de siempre, una situación que hace añicos los programas electorales en los que los candidatos a la Alcaldía prometen el oro y el moro y, cuando aterrizan, se encuentran atados de pies y manos, con impotencia, angustia y noches sin dormir que a más de un concejal de Hacienda, en femenino y en masculino, les costó una enfermedad. No hay patrimonio para vender y, aunque son los expertos los que pueden poner sobre la mesa soluciones de gestión pública en las que nadie invirtió hasta ahora tiempo y esfuerzo, lo cierto es que es necesario ese golpe de atril de Agustín González para reivindicar ayuda, tanto a los amigos como a los enemigos, porque es una cuestión de todos que la Administración más cercana al ciudadano esté preparada para dar respuesta a las necesidades propias de este siglo. Amen.

No todos los que están en los primeros puestos de Jaén Merece Más estuvieron de acuerdo con un incendiario comunicado en el que amenazaba abiertamente al Partido Popular con la ruptura de los pactos firmados después de las elecciones municipales del 28 de mayo. Sin embargo, se emitió la nota de prensa en un momento de tensión que reconocieron los máximos representantes de sendos partidos, cuando las negociaciones se encallaron con los presupuestos de la Junta de Andalucía para Jaén como telón de fondo. Formó parte del juego el apretón de tuercas para que en Sevilla alguien se rascara el bolsillo y, a la postre, funcionó. Hay proyectos interesantes encima de la mesa, como los distribuidores inacabados de la capital, y proyectos históricos guardados en el cajón del olvido que por no tener no tienen, valga la redundancia, ni proyecto. Así será la legislatura, con tiras y aflojas por parte de un partido que tiene la llave de la gobernabilidad en el Ayuntamiento de la capital y que lo mismo que le dio el respaldo al Partido Popular para convertir a Agustín González en alcalde, está dispuesto a dar la vuelta a la tortilla y provocar el giro político en el salón de plenos si lo pactado va por el camino del incumplimiento.

No está claro quién dirigirá el Parque Científico y Tecnológico de Mengíbar, Geolit, un cargo que está pendiente de cubrir por parte de la Diputación Provincial de Jaén desde que Ana Cobo resultó elegida diputada nacional. Sonó con fuerza el nombre de la exalcaldesa de Baeza, Lola Marín, pero pasa el tiempo sin que haya noticias al respecto y la idea inicial se disipa como el humo. Lo que sí se da ya por sentado es el nombramiento del exdiputado Ángel Vera como gerente de Ferias Jaén, empresa cuya gestión, por cierto, asumió el ayuntamiento de ayuntamientos en el último pleno. Una nueva etapa en la que no estará José María Valdivia después de dieciséis años al frente de la organización de congresos y ferias que contribuyen a llenar los hoteles y los restaurantes de Jaén.