Relevos y rebeliones

Se atisban cambios en el horizonte de la representación del Gobierno central en Jaén, un relevo que dependerá de la paridad en la que tienen que quedar las subdelegaciones

19 dic 2023 / 08:00 H.

Suele ocurrir, cuando hay cambios en las instituciones públicas, que haya movimientos internos y externos por aquello de buscar la renovación y la alternancia, retirar a los díscolos de la palestra o colocar a quienes quedaron descolgados por voluntad propia del pueblo. Son muchas las razones del cambio, incluso la paridad tiene que ver en la composición de equipos para que, en el cómputo de la globalidad, la balanza esté perfectamente inclinada. Todo hace indicar que, en esta nueva legislatura nacional que acaba de empezar, habrá jiennenses que formen parte del Gobierno de Pedro Sánchez y compañía, porque no hay que olvidar la arraigada tendencia de voto socialista de la provincia en esta máxima de que quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez. Las miradas están puestas, en este momento, en la Subdelegación del Gobierno en Jaén. La decisión no está tomada, porque hasta que no estén conformadas las ocho que hay en Andalucía, no se podrá señalar con el dedo al hombre o a la mujer que será la cara visible del Ejecutivo central en Jaén. Sin embargo, es un secreto a voces la intención del relevo en un momento en el que hay quienes mueven los hilos de la rebelión.

Catalina Madueño Magdaleno llegó a la sede de la Plaza de la Concordia hace cinco años, procedente de la Secretaría General de Vivienda de la Junta de Andalucía. Ingeniera agrónoma de profesión, su trayectoria en la gestión pública se remonta a aquellos años al frente de la conservación de los parques naturales de Sierra Mágina y de Cazorla, Segura y Las Villas. Nadie puede olvidar que fue una de las primeras en dar un paso adelante cuando no todos los socialistas eran “sanchistas” e imperaba el “susanismo” en Andalucía, una arriesgada decisión con la que acertó para mantener un nivel de representatividad del que siempre se sintió plenamente orgullosa. Superviviente de aquellos vaivenes con moción de censura incluida, quienes dieron por fugaz su estancia en la Subdelegación del Gobierno en los prolegómenos de Pedro Sánchez erraron de cabo a rabo. Hoy, cuando le preguntamos por su futuro, responde: “Yo estoy muy feliz y muy tranquila en Jaén, así que espero no haya novedades. Aunque donde manda patrón, ya se sabe... Veremos”. El problema es que, en el fondo, es consciente de que es el momento de la renovación. A disposición siempre de que le digan cuál es su lugar en el amplio círculo de la política, nadie cree en el regreso a su puesto de trabajo como alta funcionaria de la Junta de Andalucía en un contexto poco propicio para ello, sobre todo cuando hay cargos pendientes de nombramiento y las distancias cada vez son más reducidas con Madrid. No vendría mal, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, unos cuantos viajes en tren en los vanos intentos por barrer para casa en una provincia con infraestructuras propias de otro mundo.

Mientras tanto, Manuel Fernández Palomino, fuera de juego desde que el Senado quedó en manos del Partido Popular, mira el horizonte desde la Plaza de San Francisco como el que tiene pendiente una despedida y, sin querer queriendo, está como el niño que pasa todos los días por la juguetería y ve que su regalo sigue intacto. Cumple todas las condiciones que hay que cumplir, valga la redundancia, para ser el próximo subdelegado del Gobierno central en Jaén, pero hasta que no estén las ocho provincias con los mandamases elegidos, no habrá “fumata blanca”. La paridad será, en este caso, decisiva para el relevo, que no la rebelión, harina de otro costal que un grupo reducido de socialistas intenta comenzar, en lo orgánico, mientras el Ejército saca sus armas de resistencia. Así está la “cosa”.

Relevos y rebeliones

El tranvía, diciembre de 2025 y la empresa que lo explotará

Alguien puede pensar, a estas alturas, que el tranvía induce a escribir un cuento de Navidad en unas fechas propicias para la literatura de fantasía, pero lo cierto es que, aunque impera la incredulidad en torno a la puesta en marcha de una infraestructura ‘hipotecaria’, hay visos de que ahora esto va en serio. No será fácil desbloquear un proyecto en el que la balanza siempre se inclinó del lado de los detractores, pero una vez superado el trámite del convencimiento del carácter metropolitano necesario para que la Junta de Andalucía arrimara el hombro, no caben excusas para explotar una herramienta pública para la que habrá que buscar su rentabilidad social. Todas las miradas están puestas en la empresa Alsa, la que actualmente gestiona los autobuses, porque es la única manera de que estos dos medios de transporte convivan en sintonía y cosan una red que permita a los ciudadanos aparcar el vehículo privado y que fluya el tráfico como Dios manda. Eso sí, habrá que esperar a diciembre de 2025, por mucho que Jaén Merece Más pida la agilización al máximo la puesta en marcha del tranvía, que es como llamar a su propia puerta para abrirla a sí mismo. Cosas del destino, que tampoco surgen por casualidad.

EN CORTO. Mónica Moreno mueve los hilos de la nueva Cámara de Comercio

Era necesario el trámite de la liquidación de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Jaén para empezar a mover los hilos de creación de una nueva y, antes de que pasara por el Consejo de Gobierno, la concejala de Presidencia y portavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Jaén, ya estaba con los primeros pasos para hacerlo posible. Tiene contactos de su etapa anterior al frente de la Asociación de Empresarios de Andalucía, con quienes buscará los lazos que haya que buscar para conseguir un nuevo instrumento al servicio del progreso y del emprendimiento jiennense. Nadie puede permitir que Jaén sea la única capital sin Cámara de Comercio. Eso es también recuperación de la capitalidad.