Lluvia de estrellas

No es el título de un popular programa de televisión en el que los actores conseguían asombrosas mutaciones físicas nada más atravesar una puerta. Es lo que ocurre, en las últimas semanas, en el Ayuntamiento de Jaén, sobre todo desde que el curso político dijo “aquí estoy yo porque he venido”. No hay que olvidar que hay un equipo de Gobierno formado por el Partido Popular y Jaén Merece Más sustentado en un acuerdo que contempla cien medidas (más una), en el que cuenta tanto la forma como el fondo, por lo que no basta con conseguir los movimientos de tierra necesarios para que fluyan los acontecimientos, sino también las escenificaciones de los compromisos adquiridos con la presencia real de quienes tienen que soltar la minuta para que fluya el cambio. Se nota que hay coche oficial en la distancia de Sevilla a la ciudad del Santo Rostro. Otro gallo cantaría si el tren fuese el único medio de transporte en esa romería de líderes políticos que, por cierto, se pierden algo tan original como un concierto en directo de jóvenes intérpretes de la música de siempre en las tablas de los vagones.

A lo que íbamos. El alcalde, Agustín González, tiene la suerte de sentir el respaldo de su partido con visitas de los máximos representantes de la Junta de Andalucía en Jaén, un valor añadido para fortalecer la confianza de su socio en esta aventura municipal en la que quedan muchas etapas por andar. El primero fue el presidente, Juanma Moreno, quien eligió Jaén como la primera ciudad en mostrar su presencia después de las elecciones del 28 de mayo, las que tiñeron de azul los gobiernos municipales de las ocho capitales de esta bendita tierra. Interpretado como un doble guiño, sentimental y simbólico, aquí nadie da puntada sin hilo, mucho menos en un Ayuntamiento en el que ganaron los que ganaron y gobiernan los que gobiernan. Como de presencias y ausencias va la “cosa”, importante resulta destacar quién estuvo y quién no estuvo en aquella trascendental visita para el recuerdo que dejó claro que, detrás del “Acuerdo por Jaén”, también metió mano el máximo dirigente autonómico. El caso es que los portavoces de todos los grupos municipales estaban invitados a la protocolaria recepción oficial, como en todas las visitas organizadas a la casa de todos los jiennenses, pero hubo uno en especial que no estuvo. Se trata de Julio Millán, el principal líder de la oposición y alcalde hasta hace apenas cuatro meses. Sus razones tuvo y retuvo para que África Colomo supliera el lugar que a él le pertenece, pero el hecho de que no esté en las siguientes fotografías de rigor merece una mención especial en este comienzo de legislatura atragantado por un pacto de Gobierno que le arrebató el bastón de mando que tenía en sus manos. Inasumible.

La consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Patricia del Pozo, fue la primera consejera que puso pies en el Ayuntamiento de Jaén después de su presidente y, sin embargo, ahí sí estuvo Julio Millán. Siempre hay excepciones. Sin embargo, en las siguientes visitas institucionales, cuatro más para concretar, brilló su ausencia y la de los suyos. En los últimos días pisaron terreno municipal la consejera de Salud y Consumo, Catalina García; el de Justicia, Administración Local y Función Pública, José Antonio Nieto, y el de Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz. No es que vengan con el pan debajo del brazo, pero hay intenciones de salir a buscar rebanada hasta el lugar que sea necesario, incluida Bruselas, con fin de colocar a Jaén en el lugar que merece. La lluvia de estrellas siempre es necesaria. Y bienvenida.

Había expectación en la primera reunión del Consejo de Alcaldes, celebrado en la Diputación Provincial de Jaén la semana pasada, en el estreno de muchos de sus dirigentes municipales en esta nueva legislatura. Ejemplo dieron quienes están en él con una decisión unánime que da muestra de que prevalecen los intereses de los jiennenses por encima de los políticos. Se acerca una cosecha de aceituna que, a tenor de las condiciones climatológicas, será de las peores que se recuerdan, por lo que es fundamental que quienes tienen potestad para hacerlo reivindiquen en los estamentos oportunos medidas que contribuyan a paliar el grave problema laboral que se genera en la provincia cada vez que hay una merma de jornales en la campaña. La eliminación de las peonadas, pese a la crisis sindical abierta, es una exigencia que llega desde lo público, como no podía ser de otra manera, con la firme intención de favorecer el acceso al subsidio agrario cuando no hay aceituna que recoger, ni en el árbol ni en el suelo. Hay que tener en cuenta que las más perjudicadas serán las mujeres, por lo que el hecho de que haya unanimidad en la reivindicación es un ejemplo de cómo se tienen que hacer las cosas en política.

Así está la máxima representación jiennense del Partido Popular, de feria en feria, sobre todo si se trata de pueblos y ciudades gobernados por alcaldes y alcaldesas del mismo signo. De Linares a Andújar y Villacarrillo, en las últimas semanas, pasando por el Renacimiento a la luz de las Velas de Baeza, donde, por cierto, hubo que abonar 1,50 euros por asistente para realizar un recorrido público repleto de encanto. Es necesario respaldar todo tipo de festividades que se presten, independientemente de quién tiene el bastón de mando en cada momento, porque la política pasa de mano en mano, pero las tradiciones se mantienen siempre en el mismo lugar, porque son propiedad del pueblo. De nadie más.