Aceituneros altivos

Hoy se reúne la comisión de impulso a la candidatura “Paisajes del Olivar de Andalucía” para debatir en qué punto del camino está el expediente y hasta dónde están dispuestos a llegar

16 abr 2024 / 08:00 H.

Vaya por delante una máxima antes de entrar en el terreno de juego: nadie está en contra de que el paisaje del olivar sea declarado Patrimonio Mundial del Olivar. El proyecto que lleva años entre fogones, con todos los ingredientes cocinados a fuego lento para que tome el sabor de un exquisito plato, se somete hoy al debate de una comisión que, después de semanas con los paladares atrofiados, todo hace indicar que no terminará al gusto de todos. Da la impresión de que lo de “matar al muerto”, en forma de presagio, se consuma. Mucho tienen que ver los alcaldes de los municipios incluidos en uno de los componentes en los que se divide la superficie en cuestión, el 14, situados al lado de los olivareros en torno a una candidatura que tiene como punto principal de la discordia la figura de protección.

En los últimos días se suceden, en los plenos municipales de la comarca de La Campiña, declaraciones institucionales que estrenó Porcuna y que, hasta el momento, secundaron Arjonilla, Arjona o Lopera. Son ayuntamientos gobernados por diferentes colores políticos, en los que hay dirigentes municipales que se ven obligados a respaldar a sus vecinos y ponerse en contra del organismo que lidera el impulso a una iniciativa en la que existe mucha tela que cortar y en la que, ojo al dato, otras instituciones mantienen en público un discurso y otro diferente entre bambalinas. El comunicado oficial del alcalde arjonero, el socialista Juan Latorre, firmado el 12 de abril, dice textualmente: “El apoyo de los agricultores arjoneros, y los del conjunto de la provincia, a esta candidatura tiene como condiciones irrenunciables que se respete el derecho a la propiedad privada, el respeto a la decisión que los agricultores tengan sobre cómo manejar sus propias fincas agrícolas y que no haya ningún tipo de limitación a la capacidad productiva de las tierras afectadas por la catalogación de patrimonio mundial... El Ayuntamiento expresa su total apoyo a la decisión que tomen los agricultores sobre esta candidatura de los Paisajes del Olivar de Andalucía y urge a que se den las explicaciones oportunas a los propietarios afectados”. Ahí radica el “quid” de la cuestión, en una figura de conservación que está en duda por aquello de la viveza de un escenario que sirve de escudo ante el organismo internacional con competencias para poner el sello de la Unesco.

Diez alcaldes incluidos en el C-14 y su zona de amortiguamiento se reunieron, a puerta cerrada, en un Ayuntamiento de la provincia para tomar cartas en el asunto y, al lunes siguiente, consiguieron una reunión en la Diputación Provincial de Jaén para trasladar su preocupación y la de a quienes representan en sus respectivos territorios. Los movimientos continuaron en la última semana hasta el punto de obligar a las organizaciones agrarias a posicionarse en un comunicado de prensa conjunto en el que dan más vueltas que un trompo hasta situarse, de perfil, en un asunto de calado en el que decir que están con los agricultores es como hablar del amor de una madre por su hijo. ¿Qué pasa con la Universidad de Jaén? ¿Qué ocurre con la Junta de Andalucía? A todas estas interrogantes habrá que buscarles respuesta después de una reunión trascendental en el que hubo alguien que puso el cascabel al gato antes de enfilar el camino que toda candidatura tiene que andar hasta llegar a su destino final. Los aceituneros altivos, los de la tierra callada y el sudor, quieren que su paisaje esté protegido, incluso, de posibles amenazas que puedan suponer un ataque a sus intereses particulares.

Aceituneros altivos

“La Alameda no se toca” con los colectivos vecinales de perfil

Siguen los ánimos caldeados en torno al proyecto que hay encima de la mesa y que continúa su curso para crear un acceso al futuro centro de salud que se construye junto al parque de la Alameda. Hay constituida una plataforma que tiene como base principal la asociación de padres y madres del colegio Jesús y María, a la que se suman otros colectivos sociales y culturales, como GEA, Asociación Huerto Ecológico o Grupo Scouts. Sin embargo, no está el movimiento vecinal. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos Objetivos Comunes (OCO), Pepi Alcántara, lo hace a título personal, porque todos los colectivos a los que representan decidieron ponerse de perfil. El movimiento que, históricamente, fue el más “guerrillero” con los asuntos de ciudad está de capa caída, cada vez más dividido y con pasos acordes a los que da el signo político que se sitúa en el Ayuntamiento de Jaén. Difícil será que la capital avance con la ausencia de un frente común que, decididamente, apueste por un proyecto con sabor a progreso. El Campo Hípico quedó apartado del centro para construir un aparcamiento de unas cuantas plantas, tres millones de euros que se esfumaron como la espuma sin que alguien dé un golpe en la mesa.

EN CORTO. Cambios en la estructura del equipo de Gobierno

La entrada de Elena Araque en la Corporación Municipal consumó los cambios que se presumían en el equipo de Gobierno y que, después de unas cuantas vueltas, terminan otorgando a la nueva concejala el área de Comercio, Consumo, Mercados, Protección y Bienestar Animal y Oficina de Inclusión y Accesibilidad. Sin embargo, la que más reforzada queda en el nuevo organigrama es María Espejo, de Jaén Merece Más, que asume Turismo, antes en manos del Partido Popular, lo mismo que Juventud. Con menos responsabilidades quedan Vicente Oya y Carmen Rueda, quizás con demasiados frentes abiertos antes de esta reestructuración en la que, eso sí, hubo consenso entre los dos grupos que llevan las riendas del Ayuntamiento de Jaén.