Una madrugada de ensueño

La Madrugada es una de las fechas más señaladas en el calendario festivo por muchas razones, pero hay una principal que es común en una provincia en la que Nuestro Padre Jesús Nazareno tiene sobrada capacidad para unir a todo el pueblo: la fe que despierta la imagen más querida por los jiennenses. “El Abuelo” convierte la noche del Jueves al Viernes Santo en única y, aunque las borrascas empañen el cielo de lágrimas, el mero hecho de convocar a los devotos en las puertas de su casa, un año más, basta para rendirse a sus pies. Amanece Jaén diferente cada mañana como la de hoy. Suele haber silencio en las calles y, en el habitual recorrido de Jesús en su regreso al Camarín, la mezcla de sensaciones se puede palpar entre la gente de una ciudad y una provincia volcada por completo. Es la talla más venerada de la Semana Santa jiennense, la procesión que mayor número de visitantes recibe de dentro y fuera de esta tierra y la que más número de fotografías y vídeos acapara en las redes sociales. Las operadoras telefónicas se colapsan pasadas las dos y media de la madrugada sin que haya alguien que lo pueda remediar. Las nubes dieron un respiro a las cofradías de La Expiración y el Gran Poder y dejaron en casa a la Vera Cruz en una tarde desapacible, con viento, frío y lluvia intermitente. Será, sin lugar a dudas, la Semana Santa más diferente de los últimos años, exceptuando la que transcurrió en plena pandemia del coronavirus, que conviene recordar para valorar lo que verdaderamente tenemos como seres humanos. Empieza la cuenta atrás hacia el esperado Domingo de Resurrección con la mirada puesta en el cielo, en una primavera en la que el agua es más bienvenida que nunca.