Llamamiento al alto el fuego

Los líderes de la Unión Europea acordaron esta semana pedir, por primera vez, una pausa humanitaria inmediata que conduzca a un alto el fuego duradero en la Franja de Gaza, además de reclamar a Israel que no lleve a cabo una operación terrestre en Rafá, ciudad fronteriza con Egipto en la que se concentra un millón de desplazados gazatíes. En las conclusiones pactadas tras la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 adoptan una nueva posición común que endurece el enfoque hacia Israel y pone el énfasis en la catastrófica situación humanitaria en la Franja, de tal forma que insisten en el efecto desproporcionado de la ofensiva israelí sobre los civiles, en particular los niños, así como el riesgo inminente de hambruna.

Han tenido que pasar seis meses desde el comienzo del asedio para que se produzca un consenso en torno a un posicionamiento que, al menos, genera esperanzas. Tan trascendental paso coincide en el tiempo con la decisión de Estados Unidos de llevar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) una resolución en la que exige un alto el fuego inmediato y que hasta ahora había vetado. Hace un mes los ministros de Exteriores llegaron a la misma conclusión que los líderes emitieron el jueves, pero Hungría vetó la propuesta, por lo que se quedó en un texto a 26. Viktor Orbán llegó al Consejo Europeo con un discurso distinto y a favor de proteger Gaza.

Sin embargo, Bruselas reserva la posibilidad de revisar el acuerdo comercial con Israel por las vulneraciones de ese marco legal que rige en los conflictos armados y que pasa por la protección de la población civil. En cualquier caso, lo importante es que los mandatarios europeos reconocen su preocupación por la pérdida sin precedentes de vidas civiles en el enclave palestino y piden al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu que no emprenda una operación terrestre en Rafá, que empeoraría la situación, ya de por sí catastrófica. Es un paso relevante, la primera vez que la UE llama a un alto el fuego en Gaza.