Colaboración entre instituciones

    15 abr 2024 / 09:46 H.
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    La provincia, como el resto de territorios de España, necesita de la colaboración institucional para conseguir los niveles de progreso encaminados a alcanzar la vertebración y el equilibrio. La Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Jaén celebró, esta última semana, el primer debate con agentes sociales con el fin de recabar ideas que contribuyan a enriquecer una capital en la que los barrios actúan como auténticos dinamizadores. Tanto los presentes en la mesa como los invitados en el público coincidieron en señalar que el estancamiento de proyectos en la ciudad se debe, en gran parte, a la falta de connivencia entre las administraciones y, en muchos casos, a los cambios políticos que se producen cada vez que se celebran unas elecciones municipales.

    El ejemplo más claro está en el tranvía, que pronto cumplirá trece años en punto muerto simplemente porque fue ideado por un equipo de Gobierno con unas siglas diferentes a las del que le sucedió. Precisamente son este tipo de situaciones las que ahondan en el desapego ciudadano hacia la clase política, que se traduce en una cada vez más baja participación en las diferentes citas con las urnas. En este sentido, hay que poner en valor escenas como las vividas, recientemente, en Sevilla. El comienzo de las obras del tramo norte de la línea 3 del Metro es, sin lugar a dudas, una noticia positiva para los sevillanos y quienes la visitan, de tal forma que la presencia en su inauguración del presidente del Gobierno, junto al de la Junta de Andalucía, fue una muestra de normalidad institucional que debería ser la norma en lugar de la excepción. El mensaje enviado a la ciudadanía es que, en temas capitales para asegurar la calidad de vida de los ciudadanos, las administraciones públicas están obligadas a colaborar para desbloquear problemas y conseguir rascar la financiación adecuada. El problema es que en esta provincia, generalizado al resto, se usan las infraestructuras como arma política y el resultado es una evidencia, con carreteras de segunda categoría y el ferrocarril que siempre llegar tarde.

    Editorial