¡Poned coto al tabaco!

    22 mar 2024 / 09:42 H.
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    Dado que el tabaco mata a quien lo fuma y a quien lo respira –22.500 personas al día en todo el mundo–, contamina y contribuye a la emergencia climática –284.200 toneladas diarias de CO2–, si no existiera y un botánico genético concibiera la planta para comercializarla, las autoridades sanitarias lo denegarían.

    Para ser coherentes, ha llegado la hora de poner coto a esta perniciosa lacra. Terrazas, parques, estadios, paradas y calles, donde los fumadores exhalan su carga cancerígena, se hacen insoportables a muchos ciudadanos. Y no es que el humo moleste, que lo hace, es que siembra y cosecha una muerte lenta, dañando órganos internos, en especial pulmón, corazón y cerebro; y eso sin tener en cuenta sus casi setenta sustancias químicas cancerígenas ni el alquitrán que bloquea los bronquios de quienes lo respiran. El derecho a fumar termina donde comienza el de los demás a respirar aire sin cáncer. Que fumen en sus casas y pagando cuantiosos impuestos para financiar la tan maltratada sanidad.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON / MADRID

    A la hora de la verdad

    Unos curas españoles rezan para que el papa argentino vaya pronto al cielo. Enterado, el pontífice ha dicho a su vez que reza también por ellos, aunque, esperemos, no para que vayan al infierno. Hay que ver cómo cambian las cosas. Porque santa Teresa, por ejemplo, escribía que “tan alta vida espero, que muero porque no muero”; y ya de niña se escapó para ir a donde le martirizaran y así llegar antes al cielo; “truco” ya de los primeros cristianos que sus pastores tuvieron que prohibir para no quedarse sin su grey. Todo lo contrario sucede ahora, cuando esos predicadores de la fe en el paraíso, en vez de aprovechar las enfermedades que les envía Dios, a la hora de la verdad acuden a las más largas y dolorosas curas para retrasar el momento en que irían a vivir mucho mejor y para siempre. “Haz lo que yo hago, no lo que te digo”.

    EMILIA NOVAS SOLER / MADRID

    Corred, corred, que viene Trump

    En una maratón celebrada en España poco después de la primera elección de Trump, un espectador advertía con ese grito de alerta anti Trump a los que corrían. Muchos de los participantes sonreían, e incluso algunos —con su risa nerviosa— perdían el ritmo. Poco gracioso sería repetir hoy esa advertencia, cuando tantos países europeos están rearmándose con celeridad ante la tan probable y cercana vuelta al poder de un Trump que ha llegado a decir varias veces —incluso esta misma semana— que incitará a Putin a invadirnos ni no pagamos más aún por la defensa de Ucrania; no podemos fiarnos de la débil excusa que sus asesores le acaban de obligar a darnos de su amenaza.

    DIEGO MAS MAS / MADRID

    Otra animalada de Donald Trump

    Imitando literalmente al mayor genocida actual, Netanyahu, Trump ha afirmado que los inmigrantes son como animales; y ha prometido, si gana, grandes deportaciones. Con ello ha insultado incluso a su madre, que nació en Nuevas Hébridas, emigró a Estados Unidos en 1930 y sólo obtuvo esa nacionalidad en 1942, habiendo nacido Donald Trump en 1936. Esas expulsiones masivas no sólo provocarían gravísimos problemas convivenciales y económicos internos, sino también fuertes crisis con los países de donde ellos provienen y un desprestigio mundial de Estados Unidos, que este desequilibrado, ya tan probadamente dañino, promete así conducir a otra crisis aún peor.

    ALFONSO PRADA CANO / MADRID

    Documental de Diario JAÉN sobre la Virgen de los Dolores

    No quiero que pasen muchos días para dar las gracias al diario Jaén por hacerse eco, a través de un audiovisual, de la tradicional procesión de la Virgen de los Dolores, que recorre las calles de la ciudad en la madrugada del sábado de gloria. Enhorabuena a todos los que han participado en ese proyecto, en especial a Miguel Ortega, por su buen quehacer. Resido en Torredonjimeno desde hace 20 años y suelo acompañar a la Virgen de los Dolores en sus dos salidas procesionales, por lo que me acerqué al Conventico para comprobar el contenido del documental, que me agradó, al igual que las brillantes intervenciones, en directo, de la escritora y poetisa Ana Pardo y la saetera Mónica Ureña. Se notó, además, el fervor que levanta en el pueblo la Virgen de los Dolores pues, no es fácil llenar un salón como el del Conventico, de un público, entregado, que disfrutó con el audiovisual. Y es que, estando presente la Virgen de los Dolores no me extrañó, la afluencia de tanta gente, cuando en otros actos culturales, como conferencias y charlas, a los que me gusta asistir, apenas acuden una veintena de personas. Gracias a Diario Jaén por acordarse de la Virgen de los Dolores y de Torredonjimeno.

    COSME GUTIÉRREZ / TORREDONJIMENO

    El film británico “La zona de interés”

    La película británica “La zona de interés” está dirigida por Jonathan Glazer y fue la cinta cinematográfica que arrebató el Oscar a Mejor Película Internacional a la española “La sociedad de la nieve”. Y esto se ha hecho con una historia que narra la vida de un matrimonio (Sandra Hüller y Christian Friedel), quienes viven al lado del campo de concentración. Sus imágenes irradian cotidianidad, felicidad y bienestar, que contrastan con la vida dentro de un campo que no vemos pero que sí sentimos por el sonido de los gritos de unos y otros, del rugir de las chimeneas que sueltan humo y que nos hielan la sangre al saber qué es lo que están quemando. Y con esa certeza la película muestra al oficial nazi, que es un pez gordo que dirige el campo de concentración y que es destinado a inspeccionar el resto de campos, de manera que su plácida vida se ve molestada por tal hecho. Su mujer, de hecho, exigirá a su marido quedarse a vivir allí, al lado del campo de concentración, pues es su casa, con un jardín más que cuidado, y con un estatus de poder conseguido. Y todo esto sucede en un film pausado, que enseña más de lo que parece, y que aterra sin tener que ver lo que sucede. Es una película que se hace más y más grande conforme la imaginación del espectador lo lleva tras los muros de esa casa y ese jardín imponente; más allá de las banales discusiones matrimoniales, de las fiestas con piscina y de las visitas de la suegra. Sus personajes están cuidados, con una Sandra Hüller a la que se odia sin remisión, pero con un Christian Friedel al que se puede distinguir como alguien con alma y corazón.

    IGNACIO CASANOVA / MADRID

    Cartas de los Lectores