Los “prodigiosos” economistas del PP

    26 abr 2024 / 09:05 H.
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    A pesar de que la economía española lleva años muy bien —teniendo en cuenta pandemia y guerras— y de que en 2021 y 2022 creció por encima de la media de la UE, de que en 2023 la quintuplicó creando más empleo que nunca en un año, y de que las previsiones anticipan que en 2024 y 2025 España prosperará de nuevo holgadamente por encima de la media europea, los gloriosos economistas del PP llevan seis años vaticinando, mientras babean al imaginarlo, el apocalipsis económico de nuestra nación. ¿Qué lumbreras económicas hay en sus filas? Si durante seis años no han acertado ni una, ¿qué gestión harían de la economía si gobernaran? Y, tan bien va la economía que, al actual ministro del ramo, casi 4 meses en el cargo, en las sesiones de control la oposición no le ha dirigido ni una sola pregunta relacionada con la economía. Recordar que el mal llamado “milagro económico” de Aznar se debió a la venta de sectores absolutamente estratégicos de la economía española que llenó las arcas del Estado y a que España recibió cuantiosos recursos de los fondos europeos. Por si fuera poco, aprobó la “Ley de Liberalización del Suelo”, que dio lugar al estallido de la burbuja inmobiliaria. Asimismo, hubo factores externos que ayudaron disparar la economía nacional como fue la reducción de los precios de las materias primas internacionalmente. Además, tuvo la suerte de que la producción anual mundial, en términos de PIB, creció a un ritmo superior al 3% casi todos los años de ambas legislaturas. Así, hasta el más tonto hace relojes. ¿Y qué decir de Rajoy y lo que supuso su economía low cost para los trabajadores? En resumen: la única economía que sabe hacer bien la derecha, es la de “estar en política para forrarse” y amnistiarse fiscalmente.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON/ MADRID

    Uso, mal uso y abuso de los móviles (II)

    Esta invasión y adicción a los móviles y a las pantallas es algo generalizado en todos los grupos etarios y en todos los países. Pero, por el momento, nadie ha hecho nada operativo para hacerles frente. Por eso, los medios se han hecho eco de la original iniciativa de una nueva aldea de Astérix, poblada de irreductibles Galos, que se ha levantado en armas para resistir contra esta peligrosa invasión de los móviles. En efecto, el alcalde del municipio francés Seine-Port (2.000 habitantes), sito en el sureste de la región parisina, ha decidido coger este toro por los cuernos. Para ello y en concertación con los profesores, los profesionales de la salud y las entidades públicas, convocó un referéndum para decidir si se limitaba o se prohibía el uso de los móviles en los espacios públicos. Obtuvieron la mayoría los que estaban por la prohibición. Y, acto seguido, el alcalde hizo público un bando en el que se prohibía el uso de los móviles mientras se va caminando por la calle, cuando se está sentado en un banco público, en las tiendas o cafés, mientras se espera a los hijos a la salida de la escuela o cuando uno intenta orientarse para encontrar una calle (es mejor, como se ha hecho siempre, preguntar la dirección a un vecino), etc. Con esta medida pretende evitar la sobreexposición de los niños y jóvenes a las pantallas, ya que se trata de un auténtico problema de salud pública. Además, aconseja a los padres eliminar cualquier pantalla de la vida de sus hijos: por la mañana al despertarse, durante las comidas, por las noches antes de ir a dormir y cuando están solos en la habitación. Ahora bien, este bando municipal del alcalde de Seine-Port es, más bien, una medida simbólica. En efecto, el cumplimiento del mismo no será controlado y, en caso de infracción, ni habrá denuncias ni sanciones pecuniarias. Para el alcalde, la aplicación del bando va a depender de la “buena voluntad de los administrados”, los vecinos de Seine-Port. Sin embargo, para incentivar su cumplimiento, por un lado, el ayuntamiento va a crear un espacio polideportivo y un cine club para los jóvenes y niños; y, por el otro, entregará un teléfono simple, sin conexión a Internet (“un móvil tonto”), a todos los alumnos de 11 años, si los padres se comprometen a no comprarles un “smartphone” hasta que lleguen al instituto (16 años). Con estas medidas, las autoridades municipales confían en que los vecinos vigilen mucho más cómo utilizan los móviles. A grandes males, grandes remedios. Cuando hay tantas evidencias sobre los estragos causados por las pantallas en todos los grupos etarios (cf. “ut supra” los enlaces o el ensayo de Michel Desmurget), no se puede mirar para otro lado ante el uso, mal uso y el abuso de los móviles, que son los reyes de las pantallas. Los medios de comunicación españoles se han hecho y se hacen eco de la gravedad de la pandemia de los móviles. Por eso, en España, como en otros países, la administración educativa, los profesores y los padres se han planteado si hay que limitar o prohibir el uso en el contexto escolar. En efecto, los móviles suelen ser una de las causas de los deficientes resultados escolares; y, por otro lado, juegan un papel cada vez más importante en el acoso despiadado entre alumnos e, incluso, contra los profesores por parte de Grupos de WhatsApp de padres. Algunos, los ejecutivos de Silicon Valley que están en el origen y desarrollo de estas herramientas digitales, no quieren para ellos y sus familias lo que idean para la masa. Por eso, no disponen de pantallas o las tienen muy limitadas en sus casas; y, además, envían a sus hijos a colegios de toda la vida, en los que las pantallas también están desterradas y la enseñanza se fundamenta en la presencia de un ser de carne y hueso, el profesor. En oposición a los gurús de Silicon Valley, en España, las autoridades educativas, los padres y los profesores, sin criterio formado, han aceptado ciega y bobaliconamente la invasión de las pantallas.

    MANUEL I. CABEZAS GONZÁLEZ

    La reflexión del presidente

    El gesto de Pedro Sánchez dice mucho de una persona que, antes que político, es padre, marido, hijo y hermano... El presidente del Gobierno decide reflexionar acerca de su futuro después de que su esposa se haya visto inmiscuida en un turbio asunto judicial del que nadie sabe cuál será su desenlace, aunque el simple hecho de que haya apertura de diligencias ya dice mucho del caso en sí. Esperemos que el paso adelante dado por el mandatario español no se queda en una mera declaración de intenciones, porque sería una fórmula buena para marcar el camino a quienes están en situación, llámese Isabel Díaz Ayuso o vaya usted a saber. Los ciudadanos necesitamos confiar en la clase política para acudir a las urnas ilusionados y, sin embargo, cada vez nos dan menos motivos para ir con alegría a votar. No nos creemos a quienes nos representan y tenemos la sensación continua de que nos engañan, de que van a lo suyo y, cuando se acomodan, peor. Es bueno que haya cupos de tiempo para que la continuidad en los cargos no se eternice, para que entre aire nuevo en las administraciones y para que quienes pagamos sus sueldos los veamos bien empleados.

    MARÍA JESÚS JIMÉNEZ ORTEGA

    Cartas de los Lectores