Las dominaciones nos manejan a su antojo

    03 may 2024 / 09:03 H.
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    La manipulación sin escrúpulos está a la orden del día, en muchos países. Siempre lo ha estado, pero de un tiempo a esta parte, todo se mueve bajo un control interesado, debilitando la vida democrática y censurando, tanto a ciudadanos como a instituciones. No sólo se rompen vínculos, también se quiebra la libre comunicación, con lenguajes corrompidos, que suelen dejarnos en el escándalo permanente. Desde luego, la capacidad destructiva de esta atmósfera malvada, vestida de supremacía y revestida de opresión, es dictatorial y nos está dejando la fibra vivencial empedrada de odio. De ahí, lo importante que es tomar la concienciación sobre todos los aspectos existenciales de las diversas situaciones, para enhebrar sociedades más moderadas y éticas. Sea como fuere, nos viene saludable a todos, que la libre circulación de ideas por medio de la palabra y de la imagen, se sustenten y nos sostengan, con lenguajes claros y pulsos verdaderos. Las grandes potencias, como tales, tienen que abrirse a la multitud y reabrirse, haciéndolo corazón a corazón. De lo contrario, encerrados y sin contemplación alguna, es fácil caer en un antropocentrismo soberbio, posicionándonos como dominadores absolutos, en lugar de ser servidores unos de otros y custodios de la vida. Endiosados, nos volvemos injustos y nuestra forma de proceder arruina las relaciones humanas; puesto que, nos envenena, con la auto-exaltación. Este engreimiento además contamina el innato sentimiento de fraternidad que, en cambio, debería tener otro pentagrama musical de modestia. Al igual que cada comunidad desarrolla sus propios códigos lingüísticos y expresiones, enriqueciendo de este modo la diversidad de los vocablos, asimismo tenemos que alentarnos y alimentarnos de ese manantial precioso de valores humanos y anímicos que es lo que verdaderamente contribuye a un desarrollo universal, que nos aleja de la muerte y de la destrucción que dominan el día, mientras persisten las segmentaciones entre los Estados. Sin duda, hoy más que nunca, se requiere poner en acción el espíritu de solidaridad, la acción generosa, separada de toda mira de expansión económica, así como de toda dominación política. El tanto tienes tanto vales, hay que desecharlo y elogiar otras energías menos materialistas y más morales. Cuántas civilizaciones y dominaciones han surgido, florecido y después han caído. En fin, todo tiene presente y pasado. Sin embargo, el futuro es nuestro y debemos trabajarlo, cada cual consigo mismo, en un deseo de contribuir a la construcción del bien colectivo, poniendo fin al derramamiento de sangre, con la reconstrucción de otro mundo más hermanado. Pasemos página, pues. Hoy somos testigo de cómo el resentimiento se reproduce y produce a una velocidad alarmante. Su dominación está en internet, que ha pasado de los márgenes a ser corriente dominante. Jamás nos callemos, ni tampoco seamos tolerantes con la intolerancia. El despotismo nos deja sin hoja de servicio y esto es nefasto para toda la humanidad. Hemos venido a donarnos, no a enriquecernos de materialidad, dejando nuestro interior lleno de esclavitudes. Son las nuevas formas de deshumanizarnos por completo. Nos envuelve una colonización cultural déspota, donde todo se impone y nada se propone, aunque para ello tengamos que utilizar la violencia. Ya no se hace autocrítica, piensan por nosotros, nos manipulan hasta el extremo de dejarnos vacíos, sin deseos de búsqueda ni de lucha por la justicia. Bajo este contexto, envenenado por los abusos permanentes y las supremacías del ordeno y mando, tenemos que ser capaces de recuperar la dignidad. Necesitamos, por tanto, mantener la llama viva de la sana voluntad en un mundo global, donde todo nos afecta a todos. En cualquier caso, la venganza no resuelve nada.

    VÍCTOR CORCOBA HERRERO

    El barrio de El Almendral

    Hacía mucho tiempo que no visitaba el barrio del Almendral. Recuerdo, cuando era pequeña, aquellas calles de tierra y cómo los vecinos construyeron sus casas ayudándose los unos a los otros. Era un pueblo en medio de la ciudad, porque hay que tener en cuenta que su posicionamiento es estratégico, tan cerca de la Catedral y, a la vez, del Castillo de Santa Catalina. Tenemos una zona de Jaén que es un privilegio para los ciudadanos y hay que aplaudir a sus residentes, capitaneados por la asociación de vecinos, por el trabajo desinteresado que realizan, por el empeño que ponen cada día en su embellecimiento y por haber convertido un lugar humilde de la capital en una seña de identidad y en un lugar de obligada visita para los turistas. Lástima que, después de leer las informaciones publicadas por este periódico, el Ayuntamiento dé la espalda a El Almendral, porque todo el mundo sabe que tiene necesidades de servicios públicos que, sin embargo, sí llegan a otros barrios. El ejemplo más claro está en la falta de aparcamiento, habiendo sitios como hay para crear uno. También sería necesario un establecimiento hostelero, para que la gente vaya y, además, se quede.

    MARÍA ESPINOSA GARCÍA

    ¿Parecen o son la mafia?

    No les basta con saquear las arcas del Estado, pagar sobresueldos que no declaran, acudir dopados a campañas electorales, inventar bulos, utilizar a la policía —¿patriótica?— para erigir pruebas falsas contra la oposición e influir en las elecciones para perpetuarse en el poder y destruir indicios que los incriminen para entorpecer la justicia. Ahora el PP, único partido político condenado en tres ocasiones —de momento— y con muchos de sus miembros en prisión por los delitos supracitados, se quita la careta y, además de crispar, actúa como una auténtica mafia: si no te doblegas a nuestros insultos, falsedades y manipulaciones, iremos contra tu familia. La forma de proceder —conversaciones y actividades delictivas—, desde que existen, es envidia de mafiosos y convierte al PP en paradigma de la mafia.

    MIGUEL FERNÁNDEZ PALACIOS GORDON / MADRID

    Felicitaciones a toda la redacción de Diario JAÉN por su pluralidad

    Estimada Redacción de Diario JAÉN, llevo años enviándoles cartas que, en general, me publican. En todo este tiempo he visto en su sección, cartas de todos los colores y opiniones; algo que jamás he observado en otros diarios. Por eso, hace tiempo que deseo felicitarles y animarles que esa pluralidad no jamás decaiga. Son todo un ejemplo que toda la prensa de España debería imitar. Gracias por su atención.

    MIGUEL FERNÁNDEZ PALACIOS GORDON / MADRID

    Cartas de los Lectores