¿Hermandades o cofradías?

    29 mar 2024 / 09:56 H.
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    Mientras llega esta Semana tan lúcida, conmemorativa, y de un acontecimiento tan peculiar por lo dispar y su controversia, nos paramos a dilucidar su “contenido” y vemos que, etimológicamente, se nos presentan dos palabras que aunque parecidas, no son iguales; ni su terminología semántica, ni su fondo social o espiritual. Según el Diccionario de la Real Academia Española, hermandad viene de “germanus” (hermano carnal) y cofradía de “cum fratre” (con el hermano) que muy parecido nos confunde un poco. No es que tenga mucha importancia porque establecido ya en nuestra tierra en el “Código de Derecho Canónigo” y promulgado en 1917 cc 700-725, no el actual que las define en el canon298 —las asociaciones de fieles— que han sido erigidas para ejercer alguna obra de caridad o piedad se denominan pías uniones; las cuales, si están constituidas a modo de cuerpo orgánico, se llaman hermandades. Y las hermandades que han sido erigidas para el incremento del culto se llaman cofradías. Historia y evolución de las hermandades de Sevilla. Javier Jiménez Jiménez. Es una forma de empezar a escribir, pero no por gusto copiamos de un testo lo que precede. Visto lo que nos deparan las cofradías en su culto es imposible poder nominarlas como hermandades, ya que pese a que hayan sido erigidas como tales para una caridad o piedad de hermanos, se nos ofrecen como cofradías donde —el cum fratre— lo hace más ligado a la promulgación de la Iglesia que es para lo que está constituida la misma en este caso, pero no para lo esencial del cristianismo: fraternidad, solidaridad, austeridad, pobreza, dignidad y sobre todo, religiosidad, cosa que, ante su pomposidad y poder, se aparta muy mucho de su inicio tal como dejara en su palabra y muerte el mensaje de Cristo. Es curioso, pero todo principio conlleva en su futuro un deterioro por pura manipulación del hombre, en este caso, concebido tras un imperioso mundo socio-económico y político, que está en una caída muy comentada y temida, dado a la exuberancia al culto de ornamento en tronos e imágenes como simbología de un poder arbitrario y consentido por los responsables religiosos.

    Hoy, Francisco le pide a los cardenales y obispos, no el lujo de la vestimenta ni el poder de su palabra, sino el apoyo económico de su sueldo como tal. Ellos piden que el supremo lo reciba pronto. Ya en el siglo de la crisis en las cofradías de Semana Santa: 1768-1874 “el asistente Pablo de Olavide se asustó, proponiendo severas medidas para reducirlas a la Jurisdicción civil, intentando insertar los bienes de las mismas en algo más útil: la creación de un hospicio para recoger a los pobres enfermos de la ciudad entre otras cosas. Ni los intentos de supresión de cofradías y hermandades, ni las creaciones humanitarias se hicieron realidad.” El hombre, vanagloriándose de su poder y de su idolatría, lleva implícito en su cultura la grandiosidad como forma, y pese a poseer en su estambre religioso-social la apreciación de la humildad de Cristo, éste, el que tras su visión católica promueve el evento de una Semana Mayor, ignora que el Cristianismo desde el nacimiento de Jesús, se ve inmerso en la pobreza como eje fundamental de la razón Cristiana en su religión y en la Palabra que, desde su nacimiento, evoca la esencialidad del mensaje de Cristo, de ese mensaje en el que repetimos, el determinado de “hermandad” se aparta de su motivo inicial para convertirse en lo que en sí su “contenido” actual nos lleva: cofradía. (Epicentro social de una pomposidad de credo solamente por su representación). Las cofradías formadas por laicos en casi su totalidad, creada y recreada para flagelación “visual” dentro de la contemplación de la Pasión de la Muerte de Cristo, van dejando tras sí lo que en su versión localista llamamos hermandades, pues estas las hemos apartado de su esencia y sólo falta deleitarse para ver su evolución con la portada y la contraportada —de algunos Boletines Informativos en los que se enuncia la triste o pobre contraportada con la majestuosidad de la portada—, es pues la oferta pomposa de la no religiosidad con el competitivo y equivocado sentimiento de hermandad al que nos venimos refiriendo. Pero hay una cosa en la que los Estamentos Semana Santeros nos ofrecen dentro de un contenido acertado “Sentir Cofrade” en su Sección de Cultos, donde en el Orden de los Mismos lleva a la Comunión con la Iglesia y la evocación de Jesús, pero no aparece lo Fraternal de su Palabra: “Amaos los unos a los otros” o como nos recuerda el Obispo de Jaén” Revestíos, pues, como “elegidos” de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia...

    ¿Es posible que se le olvidase a Don Ramón del Hoyo López examen de conciencia en su carta pastoral a las cofradías y hermandades? Es posible. En uno de esos boletines de “El Sentir Cofrade” después de un asombroso reconocimiento a la de cartas y parabienes, en un apartado escueto, llega la influencia que puede arrastrar el contenido de Hermandad, donde, en una página recortada, aparece “La ayuda y acción social de la cofradía”, en la que se relatan los gastos y aportaciones sociales que han inducido a mi persona al menos a la meditación: Ayuda a Manos Unidas X suspenso. Donativo a Cáritas por la cuota anual X suspenso. Donativo a la campaña contra el cáncer 30 euros. Sin comentarios. Donativo a Proyecto Ilusión X suspenso. Donativo a Cruz Roja X suspenso. Entre mis desaciertos pueden estar estas meditaciones, pero las palabras escritas dejan de ser silencio, y el silencio es malo. Cuando uno pregunta es porque no sabe, no sabe pero intuye, intuye que dentro de nuestra cultura religiosa tenemos suerte de poseer, su mensaje milenario, su ecuanimidad, y en el pasado tumultuoso, todo está vigente, no actualizado pero vigente, esperemos que dentro de algún tiempo, se puedan vanagloriar los hombres de la palabra Hermandad, hoy, las cofradías, le han quitado un poco de protagonismo. Y en algunos casos, la posesión de un poder que ya político, se hace fuerte ante la sociedad y eso humilla. Dieciséis millones de turistas nacionales esperan el acontecimiento semanacentero. Eso implica la desesperanza de una sociedad que busca las raíces de una religión abrazada por un poder económico y una divulgación económica llena de materialismo. Se ha buscado lo inmaterial en estas fechas, no aparece la foto, existe la llamada pasión ante la imagen, pero tras ella, existe el mensaje de la solidaridad compartida. Son fechas para la meditación; creemos.

    ANTONIO CHECA LECHUGA / Jaén

    ¿Alguien entiende qué pasó en el España-Brasil?

    El otro día se jugó un partido amistoso entre las selecciones de España y Brasil en contra del racismo. Un partido en el que España fue superior en la primera parte, pero que acabó en empate a tres y sin un sabor de partido amistoso. La selección española empezó muy bien poniendo un 2-0 a favor, pero antes del descanso Rodrygo redujo distancias para llegar al descanso con un 2-1. Lo más destacado de la primera parte fue la superioridad de España y el golazo de Dani Olmo. Tras los quince minutos de descanso, Brasil hizo cuatro cambios que le funcionaron nada más empezar la segunda parte para poner el 2-2, un buen gol de Endrick la nueva perla brasileña. Desde entonces el partido se enzarzó y empezaron las hostilidades, enfrentamientos entre jugadores, entradas a destiempo, trifulcas, un mal arbitraje.... El partido acabó con empate a tres con dos penaltitos a favor de España, sin una doble amarilla al brasileño Paquetá, otro puñetazo que pudiera haber sido agresión.... ¿Cómo habría cambiado el partido con VAR? En fin, se deslució el espectáculo con acciones y decisiones incorrectas en un partido, repito, amistoso.

    LAURA BOO RUIZ / Santander

    Cartas de los Lectores