Recolocar las propias piedras

    25 abr 2024 / 09:09 H.
    Ver comentarios

    Al final era solo una mudanza, siete años esperando para desplazar los fondos ibéricos del Museo Provincial 150 metros más abajo, al espacio multiusos que se concibió como la epopeya de la iberidad. Así nos tratan; los que mandan en Madrid o Sevilla —qué más da— disponen a su antojo de lo que está aquí, que creíamos nuestro; les cuesta más trabajo pensar un poquito que caminar doscientos pasos. No hacían falta ni el grandioso —y feo— edificio, ni diez años de obras, ni paripé de visita real, ni otros tantos años de punto muerto para simplemente recolocar lo que hay aquí. Las piezas que vendrían del Museo Arqueológico Nacional y de otros andaluces para constituir Jaén como referencia del mundo íbero ha quedado en una simple reestructuración de los fondos propios y ¡a buenas horas! Hace tiempo que esta ciudad, salvo al Condestable Lucas y a Hasday ibn Shaprut, no le importa a nadie, fue capital de una Cora moruna y efímera corte medieval; desde entonces, lo de siempre, unos y otros, en gobierno u oposición, en lugar de hacer por ella, le ponen trabas. Nuevo engaño, quien pensara que íbamos a recibir algo, aunque fueran piedras —respetables piedras— que se cuide de no recibir pedradas.

    Articulistas