Jaén huele a Semana Santa

Los días previos a la Semana Santa siempre se dejan notar en nuestra ciudad. El tiempo primaveral lleva días anunciándolo tras el gran cambio de aquellas otras jornadas de lluvia que hemos tenido días atrás. En los escaparates de los comercios se está imponiendo la moda de decorarlos con alusiones a nuestras cofradías y hermandades. Los supermercados, confiterías y conventos ofrecen los dulces típicos de estas fechas. Y, en los negocios dedicados a la hostelería, resulta ya casi imposible hacer una reserva para tapear, para ninguno de los días de la Semana Santa, lo cual, visto desde un punto de vista económico, de nuestra ciudad, es una excelente realidad. Sin embargo, para el consumidor de a pie, se mira con nostalgia aquellos lejanos tiempos en que salíamos a echar unas cervezas con amigos o familiares y hacíamos una ruta, de bar en bar, y en todos ellos cabíamos. Hasta este aspecto de la vida ha cambiado. Ahora, cualquier fin de semana, sin necesidad de que llegue a coincidir con alguna festividad especial, no se nos debe ocurrir salir a la aventura e ir parando en el garito o cervecería que vayamos viendo sobre la marcha porque, de hacerlo así, lo más seguro es que volvamos a casa sin haber tenido posibilidad alguna de habernos tomado una simple cerveza. Cuanto menos, en estos días que se nos avecinan de Semana Santa. Así es, creo yo, desde los inicios de la época postcovid, cuando se nos impuso la necesidad de reservar, por aquello de la limitación del aforo, y esa norma llegó para quedarse. Ahora nos deparan unos días de mucho ajetreo y la visita de muchas personas que llegan con intención de conocer nuestra ciudad. No permitamos que se marchen defraudados. Mostrémosles lo que somos y cómo somos. Y, sobre todo, le deseo a nuestra ciudad, a sus gentes y, especialmente, a quienes regentan negocios de hostelería, paciencia. Porque Jaén parece estar despertando al sector turístico, y no podemos permitirnos el lujo de desaprovecharlo.