Formación y educación

    25 abr 2024 / 08:59 H.
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    Apoco que veamos la televisión, escuchemos la radio, leamos un periódico o encendamos la pantalla del móvil, las malas noticias están ahí y nos bombardean; malas noticias que minan nuestra esperanza y amenazan nuestra salud física y mental. Puede parecer una tontería, pero no, porque cuando estamos sometidos a tanta cantidad de noticias negativas la tendencia es a desconectar para que no nos hagan daño y no estemos excesivamente preocupamos, con lo que desaparece esa preocupación adecuada y necesaria para prestar atención a temas importantes en los que son necesarios actuar. Así, nos encontramos con personas que ya ni escuchan un telediario ni son capaces de abrir las páginas de un periódico para saber no ya lo que está pasando en el mundo, tampoco les interesa lo que está ocurriendo en su entorno más inmediato. Nos “vacunamos” y ya solo nos importa lo que nos ocurre solo a nivel personal o familiar. Y cuando en ese entorno más inmediato nos sentimos atacados, incomprendidos o afectados por decisiones injustas, es cuando reclamamos la atención e intervención del resto de la sociedad; es cuando alzamos la voz y queremos que los otros nos escuchen y hagan todo lo posible por resolver nuestros problemas. Muchas de las malas noticias son falsas o alarmantes, vivimos tiempos en los que la verdad no interesa, interesa la “máscara de la verdad”, lo que proporciona dinero, prestigio, fama, poder, etcétera. Por tanto, yo creo que lo primero es intentar que no nos engañen, saber interpretar, razonar, juzgar, estar bien informados, y eso se consigue con el conocimiento. Procurar transmitir a nuestros jóvenes que el postureo y borreguismo que tanto se difunden por las redes a nada bueno conduce. La educación familiar, escolar y social es fundamental para que nuestros hijos no sean víctimas de tanto engaño, mentira y superficialidad; educación que requiere de personas inteligentes, cultas y bien preparadas. No vale dejarse intoxicar por tanta información dañina. Dos palabras claves son las que nos tienen que guiar en la acción para construir una sociedad mejor: formación y educación.

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