El dinero del mezquino

Con la patronal mosqueada y saliendo por pies de la mesa de negociación, la ministra de trabajo y el resto de representantes sociales han acordado subir el salario mínimo interprofesional un cinco por ciento. En apenas cinco años el sueldo de los que menos cobran ha ido aumentado como nunca antes, el poder adquisitivo de los trabajadores ha incentivado el consumo y hay más gente con trabajo. Sin embargo para el presidente de los empresarios todo esto son malas noticias y al abandonar las negociaciones ha perdido la oportunidad de defender los intereses de sus representados, evitando así que el SMI subiera solo un 4%. Esta alergia a subir el sueldo a los currantes que padecen muchos empresarios españoles que siguen los postulados del Partido Popular, y que les causa tantas protestas, enojo y rebelión, se convierte en cómplice silencio cuando es el presidente de la Junta de Andalucía quien se sube un 19% el salario y un 15% el de otros 269 altos cargos autonómicos. Tampoco se quejan mucho de que la presidenta de la comunidad de Madrid esté a punto de agenciarse para su jubilación una suculenta paga vitalicia. Es lo que hay, así funciona todo.