Camino a la perdición

    08 ene 2024 / 09:16 H.
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    Ideada como lugar para el diálogo y cooperación en pro de la paz y la seguridad internacional, fomentando entre las naciones la amistad, el progreso social y los Derechos Humanos, la Organización de las Naciones Unidas, con sus cincuenta y un países miembros firmantes en su acta fundacional, fue en sus inicios el terreno donde se dirimían las diferencias entre las potencias vencedoras de la por entonces recién terminada segunda guerra mundial. En sus casi ochenta años de existencia la ONU ha logrado que prácticamente todos los países del mundo tengan representación en sus plenos, y con más fracasos que suerte sus resoluciones han sido a veces el primer paso del fin de un conflicto. En la actualidad más de treinta guerras con todas sus consecuencias más el problema gravísimo del cambio climático que ha encendido la alerta roja en el planeta, se añaden a la ya invencible y eterna desigualdad favorecida hoy por un capitalismo salvaje, populista y sin piedad ni hartura. No hay duda de que sin la ONU el mundo sería aún peor de lo que vemos, pero si solo en los últimos doce años la población mundial ha aumentado en mil millones de habitantes, no se lo ponemos nada fácil.

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