Un final sobre ruedas para la celebración de la patrona

Vecinos de la pedanía y visitantes cierran la cita con la Virgen del Carmen en una comida colectiva

15 jul 2019 / 17:00 H.

Las fiestas patronales de La Rábita de 2019, en honor de la Virgen del Carmen, ya son historia. Los tres días de convivencia se cerraron con dos actividades bastante concurridas. Primero hubo una quedada de moteros. Los participantes se concentraron en el campo de fútbol, desde donde partió una ruta de unos 35 kilómetros para conocer este entorno fronterizo entre olivares a caballo entre las provincias de Jaén y Córdoba. A lo largo de la mañana, el grupo, procedente de varios puntos del territorio español, disfrutó de actividades complementarias, como, por ejemplo, la entrega de trofeos y el sorteo de un casco. Las temperaturas, más bajas que en jornadas precedentes, hicieron que la convocatoria resultara más llevadera. Al término del recorrido se volvió al punto de partida.

Allí, en el recinto de la celebración, se disfrutó de un almuerzo a base de arroz preparado por La Tasca. Tanto los aficionados a los vehículos de motor de dos ruedas como por vecinos y por personas procedentes de otros lugares. De hecho, las celebraciones de verano en La Rábita son propicias para el reencuentro, ya que numerosos habitantes de la pedanía que emigraron a diferentes regiones, principalmente a Cataluña, disfrutan de sus vacaciones o se toman unos días de asueto en su lugar de nacimiento. La tranquilidad ha sido la nota dominante para una celebración que, este año, estrenó un espacio acondicionamiento gracias a una inversión del Ayuntamiento de Alcalá la Real.

El ambiente resultó familiar y muy agradable los tres días. Se empezó el viernes con un espectáculo de magia, seguido de una verbena. El sábado, jornada principal, se sucedieron una misa dedicada a la patrona, la degustación de espetos de sardina, una fiesta de la espuma y del agua en la calle y, al atardecer, la procesión de Nuestra Señora del Carmen. Por la noche volvió la música al recinto con la presencia de dos conjuntos.

Este año, como experimento, la organización de las celebraciones fue colectiva y corrió a cargo de más de veinte hermanos, principalmente jóvenes. En meses pasados se reunieron fondos para las fiestas con la actividad “La Cagá de la Burra”. En la recta final de la primavera se vivieron las otras fiestas de la aldea rabiteña.