Sones de lamento llenan la ciudad

Las redes sociales vuelven a ser lugar de consuelo para cientos de cofrades

11 abr 2020 / 12:34 H.
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Una fina capa de lluvia caía sobre la Ciudad de Los Cerros cuando amanecía la jornada del Viernes Santo. Lluvia que bien podía asemejar el sentimiento que muchos cofrades de la ciudad llevan sintiendo desde que arrancó esta Semana Santa de confinamiento, en la que, a pesar de todo, los ubetenses han cumplido con algunas de las tradiciones que año tras año se celebran en cientos de hogares de Úbeda.

Un Viernes Santo en el que los ubetenses se levantaron temprano para “acudir” a su cita de todos los años con la Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, llamado “de las Aguas”, Santísima Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica, y es que a las siete de la mañana desde todos los puntos de la ciudad —hermanos, costaleros y trompeteros de Jesús— hicieron que desde sus hogares sonara el “Miserere”, marcha compuesta por Victoriano García Alonso. Anteriormente, en la puerta de la Consolada de la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares, en la tarde del Jueves Santo se había depositado un ramo de flores con un claro mensaje, pues el rojo simboliza el sacrificio y sangre derramada y morado por el sufrimiento de los cofrades.

A las diez de la mañana tampoco se abrió la puerta de la Adoración de Santa María, por donde debía salir a hombros de sus portadores la Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Caída y Santísima Virgen de la Amargura, no obstante, su corro de trompeteros y banda de cabecera llenó las calles y barrios de la ciudad con sus sones de lamento y sus marchas de la cofradía.

También se quedaron en sus templos las cofradías del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores y de Nuestra Señora de las Angustias y Descendimiento de Cristo. Por ello se volvieron a quedar vacías todas y cada una de las calles que forman parte del itinerario de ambas hermandades. Lo mismo sucedió con la cuesta de la Merced, vía que en la que en otras circunstancias no habría cabido un alfiler, pues los ubetenses en masa acuden cada año al barrio de San Millán para ver cómo los costaleros de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y María Magdalena suben corriendo la cuesta. Asimismo, por tercer año consecutivo, los ubetenses no pudieron disfrutar ni de su Magna Procesión General ni de la cofradía del Santo Entierro de Cristo y Santo Sepulcro. No obstante, un día más las redes sociales se llenaron de vídeos realizados por las distintas hermandades del Viernes Santo.

Úbeda