Santo Tomás “vuelve ”a la vida

La Ciudad de Los Cerros posee un rico patrimonio cultural y monumental, pero aún quedan joyas por descubrir, como ha puesto de manifiesto las actuaciones que realizaron en el solar que en otro tiempo acogió la iglesia de Santo Tomás, un hermoso templo ubicado a la espalda de la Sacra Capilla de El Salvador, desde la que podía verse el mar de olivos. En su tiempo, fue uno de los templos más importantes de la ciudad ubetense.

Santo Tomás es un tesoro escondido tras más de mil doscientos metros cúbicos de escombro, que poco a poco trata de poner en valor la Administración local. Descubrimientos realizados gracias a los contratos realizados dentro del Plan de Fomento de Empleo Agrario y aunque queda mucho trabajo por realizar aún en este lugar, como reconoció, en su día, la alcaldesa, Antonia Olivares, se ha querido incluir dentro de la programación especial navideña una visita guiada a este espacio para compartir los hallazgos realizados. Una ruta a la que acudieron decenas de ubetenses de todas las edades deseosos de conocer algo más sobre la historia y rico patrimonio de la ciudad.

El encargado de conducir esta guía fue el doctor en Historia y arqueólogo municipal, Rafael Lizcano Prestel, quien compartió con los presentes algunos datos del templo. Así, indicó que Santo Tomás tenía tres naves, una central y dos laterales que albergaron capillas, de corte similar a otros templos de la ciudad como San Pedro, San Pablo o Santo Domingo. Además, este templo que fue fundado en la segunda mitad del siglo XIII, habría sufrido varias modificaciones estructurales para acoger la capilla funeraria, que Francisco de los Cobos mandó construir para su padre, de la que se encontraron restos después de la intervención realizada en la iglesia.

Con el tiempo, Santo Tomás cayó en decadencia hasta que fue incendiada y saqueada durante la invasión francesa y no dejó de deteriorarse hasta que en el siglo XIX solo quedó un solar, que acogería casas muy humildes. Esas viviendas fueron desalojadas en 1992 y posteriormente derribadas. En 2002, se decidió cederlas a la Asociación de Vecinos de Santa María para edificar, pero antes se realizaron unas catas de las que se encontraron entre otras cosas un capitel troncocónico, que se encuentra en el Museo Arqueológico. Observaciones que dejaron ver que podrían aparecer más restos arqueológicos de valor. Así los trabajos realizados hasta el momento han sacado a la luz la ubicación del ábside y de la capilla funeraria que Francisco de los Cobos mandó a construir, algunas tumbas, pozos y accesos a criptas, junto a restos de columnas y solerías. También quedaron definidas la entrada a una cripta, el acceso al coro el ábside del templo, así como los arranques de los que fueron en otro tiempo la torre y la sacristía de Santo Tomás.