Viajes al corazón del pasado

Manuel Campos y Vientos del tiempo ofrecen sendas rutas culturales por el casco antiguo

06 ago 2019 / 10:25 H.

Torredonjimeno volvió a reencontrarse con su pasado este fin de semana. Sus vecinos ya están acostumbrados a ello, todo gracias a las diversas iniciativas culturales emprendidas por colectivos o personas particulares que, casi siempre en los últimos años, han contado con el apoyo desde el Ayuntamiento; sin embargo, el afán por seguir conociendo todos y cada uno de los pequeños secretos que componen la historia tosiriana continúa despertando pasiones, algo que propicia que tales proyectos no sólo sigan gozando del respaldo municipal, sino que los vecinos de la población no dejen de acudir y participar en los mismos.

Precisamente dos de los nombres que más luchan por difundir la cultura y la historia tosiriana fueron los protagonistas de sendas citas celebradas los pasados viernes y sábado y que formaban parte de la programación de agosto del Verano Cultural. Los de sobra conocidos Manuel Campos, experto en cultura local, y el colectivo Vientos del tiempo ofrecieron a sus paisanos un particular relato sobre las huellas que dejaron otros en el pasado y que se mantienen imborrables en el presente del municipio.

Lo hicieron, eso sí, fieles cada uno a su estilo, de sobra conocido, en ambos casos. El primer turno fue para Campos. El excronista oficial de Torredonjimeno dirigió el viernes una visita a diversas zonas del casco antiguo tosiriano que acompañó con narraciones de leyendas populares, una de las pasiones de Campos.

Un día después, la Plaza de la Victoria fue el punto en el que comenzó la enésima ruta teatralizada de Vientos del tiempo. “Un paseo surrealista”, como ya pudieron comprobar quienes completaron el recorrido a finales del mes pasado, gira en torno a un personaje sin par en el mundo de la cultura local, “el Dalí tosiriano” Luis Padilla, que falleció en la década de los ochenta. Su particular visión del mundo, adelantada, sin duda, a su época, reflejada en sus transgresoras obras, llena de tintes surrealistas y que entronca a la perfección con la filosofía de la asociación, sirvió como excusa para completar un recorrido en el que se mezclaron extraños objetos, diversos personajes, sutiles homenajes a la trayectoria de propio colectivo y a algunos de los iconos más importantes de la historia reciente del municipio, una firme defensa del patrimonio local e incluso una denuncia a la violencia de género.