La retirada del fibrocemento del San Isidoro, a buen ritmo

La intervención cuenta con un presupuesto que asciende a 183.000 euros

24 ago 2018 / 11:47 H.

La Consejería de Educación, a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación, adjudicó hace unos meses el proyecto de retirada del fibrocemento de las cubiertas del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) San Isidoro a la empresa Áridos Mengíbar SL. La intervención cuenta con un presupuesto de 183.160,35 euros y tendrá que estar totalmente concluida antes de que comience el próximo curso, a mediados del próximo mes de septiembre.

Las obras se centran en el aulario principal, el gimnasio, vestuarios y el almacén. Esto supone actuar, aproximadamente, en una superficie de 1.530 metros cuadrados, según se informaba en fechas pasada desde el Gobierno andaluz.

En el aulario y el gimnasio se retirarán los faldones de teja, que se encuentran apoyados sobre placas de fibrocemento, y se ejecutará un nuevo tablero sobre el que se colocará teja plana. Asimismo, en la sala de calderas y el almacén se retirarán aquellos elementos que contengan amianto y se sustituirán por paneles tipo sándwich. Estas reformas contribuirán también a reforzar la estructura del edificio y a mejorar las condiciones térmicas y acústicas del mismo.

La intervención se enmarca en la planificación para la retirada progresiva del amianto en las infraestructuras educativas públicas que ejecuta la Consejería de Educación a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación y que cuenta con un presupuesto de 60 millones de euros hasta el año 2022.

Las obras, que se iniciaron a mediados del mes de julio, deberán estar totalmente concluidas a mediados de septiembre, fechas en las que se reanudarán las clases.

El amianto, que es un compuesto de fácil presencia en los materiales de fibrocemento, fue de uso común en la construcción de todo tipo de edificios durante las décadas de 1960 a 1980. Estas fibras de amianto, también llamado asbestos, pueden liberarse al aire al friccionar materiales que lo contienen durante el uso del producto, como puede ocurrir en demoliciones, mantenimiento, reparación y renovación de edificios o viviendas, así como a causa de la degradación de las planchas de uralita dispuestas a la intemperie por largo tiempo.