Un belén con mucha historia que contar
Las reverendas madres trinitarias lo preparan cada año
La elaboración del tradicional belén sirve para que muchas familias compartan un momento entrañable con motivo de las fiestas navideñas. Pero, sin duda, uno de los más pintorescos de la Ciudad de la Peña es el que preparan cada año las reverendas madres trinitarias en su convento.
Una representación en la que no falta detalle, ya que las clarisas, además de colocar el emblemático portal, se esmeran en representar desde el mercado, los campos de agricultores, la granja, incluso hasta un río con agua de verdad, así como cada una de las escenas bíblicas previas y posteriores al nacimiento de Jesús, como la escena de la Anunciación, la llegada de sus majestades los Reyes Magos de oriente o la persecución del rey Herodes a los pequeños inocentes.
Asimismo, cuenta con la peculiaridad de que, aunque las monjas instalan el belén a principios del mes de diciembre, no colocan la figura del Niño Jesús en el pesebre hasta que “nace” el día 25.