Kika cumple su primer año surcando el cielo cazorleño

Desde 2006, se han liberado 63 quebrantahuesos a través del plan de reintroducción

15 abr 2020 / 16:21 H.
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En mayo del año pasado, Kika se convirtió, a sus tres meses de vida, en el primer pollo de quebrantahuesos puesto en libertad en la pasada temporada de reintroducción de la especie en Andalucía. Procedía de Viena, pero muy pronto hizo de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas su casa. De ello fueron testigos la delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Maribel Lozano; la delegada territorial de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible, Soledad Aranda; el alcalde de Villacarrillo, Francisco Miralles, y alumnos de los colegios Virgen del Rosario, Nuestra Señora de las Mercedes, SAFA y Pintor Cristóbal Ruiz, del citado municipio. Hoy, cerca de un año después, Kika sobrevuela, señorial, el cielo serrano del noreste provincial, tal y como reflejan las imágenes compartidas ayer en la página de Facebook del Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas en Andalucía.

El programa de reintroducción de la Junta arrancó en 1996. Diez años más tarde se liberaron los primeros ejemplares, Tono, Faust y Libertad. Desde entonces, incluyendo los nacidos en cautividad, se han reintroducido 63 ejemplares, 47 en Jaén y resto, en Granada. Para la suelta, la Consejería de Agricultura, Pesca, Ganadería y Desarrollo Sostenible apuesta por el “hacking”, técnica empleada en cetrería para lograr que el pollo identifique el área de liberación como lugar de nacimiento y hogar, algo clave para el resto de su vida, pues volverá siempre a ese lugar para asentarse y reproducirse. Durante ese periodo, los técnicos encargados de su cuidado y protección alimentan a los pollos sin que estos adviertan la presencia humana. Además, a las aves se les dota de un sistema de seguimiento GPS para llevar un control sobre sus vuelos. Según los datos del pasado mes de marzo aportados desde el Plan de Recuperación y Conservación, en Andalucía hay actualmente 22 quebrantahuesos cuyos transmisores funcionan con total normalidad, a saber, Vainilla, Tugia, Vera, Ama, Encina, Estela, Génave, Gontar, Guadalquivir, Hans, Heli, Hortelano, Huesito, Jovan, Nerpio, Pozo Alcón, Rayo, Seprona, Stelvio, Tormenta, Trashumancia y, por supuesto, Kika. Destaca el caso de Tugia, que, liberada en junio de 2016, sobrevuela los Pirineos desde hace ya algún tiempo. Kika, por su parte, es más “casera” y sólo se mueve por los cielos de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Cabe destacar que, en algunos casos, el transmisor GPS deja de funcionar o se les desprende a las aves, por lo que no es posible determinar si estas siguen vivas ni, en caso de que sí, en qué punto geográfico se hallan. La tasa de mortalidad del programa es de algo más del 27%, y en torno el 12% de las muertes lo provoca el envenenamiento.

Según se explica desde la Junta, el principal problema para conservar la especie es la falta de conexión entre las distintas poblaciones existentes, por lo que es necesario lograr que el núcleo poblacional andaluz sea autónomo a largo plazo. Cabe recordar que en la actual temporada de cría se ha igualado, con nueve pollos, el récord de nacimientos en un año que se logró en 2017. Dos años antes había visto la luz la primera cría en plena naturaleza desde la extinción de la especie en Andalucía, a mediados de la década de los 80. Su nombre, Esperanza.

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