“Faltó empuje por el bien común”

Juan Lillo es muy crítico con las oportunidades perdidas para la provincia

15 mar 2019 / 16:28 H.

Mi llegada a la política fue consecuencia de una serie de errores de mi partido”. Bromeó el político linarense para iniciar su intervención en el debate enmarcado en el 40 aniversario de los ayuntamientos y diputaciones democráticas. Su trayectoria, como él mismo relató, como candidato en Alianza Popular y, después, llegó al Partido Popular, en el que se tuvo que enfrentar a un reto complicado, como dijo, la creación de las listas de candidaturas. “En aquel momento era difícil. Costaba convencer a la gente”, aseguró Juan Lillo. Tareas de partido, antes de ser alcalde, que compatiblizaba con su trayectoria profesional en Endesa y como profesor en Peritos. También defendió el buen ambiente en la política entonces: “Existía gente con muchas capacidades en distintas especialidades”.

Pero, igualmente, casi desde el principio, el linarense fue muy crítico con la clase política: “Somos una de las últimas provincias en España y la culpa la tenemos los que hemos sido políticos con obligaciones en las administraciones. Proyectos que se iniciaron no hemos sido capaces de llevarlos a buen puerto porque quizá faltó empuje”. “Creo que uno de los problemas es que se ha primado, en muchas ocasiones, más el partidismo que el bien común”, reflexionó el que fuera subdelegado antes de su jubilación.

De su época como alcalde de Linares, reconoció que era un momento en el que existían muchas cosas por hacer y algunas se consiguieron. En este sentido, aseguró que la relación con la Junta de Andalucía, aunque fuera otro color político, fue muy buena: “Al alcalde de Linares no le negaron nunca nada. Llegaron muchas cosas”. Uno, por ejemplo, la concesión de La Fernandina para el abastecimiento de agua: “Estaba Linares a punto de tener que ir con cantimplora para beber”.

“Decía mi compañera Benita Campos que cualquier tiempo pasado no fue mejor, yo creo que depende del cristal de que se mire. Fue una época, en general buena, con sus claroscuros”, aseguró. Por ejemplo, recordó que profesionalmente, fue un “atraso”, ya que tuvo que dejar su puesto de trabajo y la docencia. “Después de ser alcalde, jamás volví a hacer proyectos profesionales en Linares”, dijo.

Sí se detuvo en hablar de la “profesionalización” de la política y sus consecuencias: “Hay una diferencia muy notable en la actualidad con respecto a aquellos años que van de 1985 a 1995, cuando realmente empezaron a tener fuerza los ayuntamientos y a despegarse de lo que habían sido en la época anterior. Había gente preparada, con sus trabajos principales fuera, que llegaban a la política para aportar lo que sabía. Hoy es distinta. No digo que no estén preparados, probablemente, habrá más gente con licenciaturas y masters que antes, pero no lo están para los cargos, la inmensa mayoría llega con experiencia profesional nula y poca autoridad. La política se ha convertido en una profesión y eso ha hecho que sea complicada la renovación y que no sean los mejores los que lideren”.

También hizo una defensa de la política hecha desde la Administración provincial, por ejemplo, se definió como “un gran defensor” del plan estratégico, a pesar de que, en ese momento, su partido no abogaba por esta herramienta. Se lamentó de que, al final, no fueran sido capaces de potenciar el trabajo que se hacía desde él. De su experiencia como diputado, recordó su lucha para reivindicar que las ciudades más grandes de la provincia, como la propia Linares, Andújar o Úbeda, pagaban “de forma desmesurada” servicios. “Además, pedíamos que hubiese una correlación y que los planes de infraestructuras fueran más equilibrados entre unos municipios y otros”, apuntó.

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“Nos ha hecho un daño importante en la provincia que no coincidieran las administraciones central con la autonómica”. Juan Lillo defendió que, desde todos sus cargos, como alcalde y como también de subdelegado, luchó por proyectos para Jaén, por ejemplo, en infraestructuras. Cuestiones que no siempre han llegado a buen puerto por las diferencias entre gobiernos de distinto color o quizá por falta de empuje por los responsables. Contó anécdotas como que, siendo alcalde de Linares, se citó con el ministro de Fomento para pedir el AVE y, en Madrid, sin llegar a sentarse sus interlocutores en la reunión, la respuesta fue: “No va a ser uno, le vamos a hacer dos”. De hecho, en el año 99, en junio, como recordó, se puso la primera traviesa para la que algún día sería la alta velocidad para la provincia de Jaén y allí sigue. “Mira si después ha habido después diputados que lo han reivindicado. Esa es la culpa que nos hecho a los que hemos estado en política”, reconoció el linarense.