“Todo es amistad. Me gusta reírme con todo aquel que viene y que se rían con nosotros. No hay relación de dueño y cliente”

PREMIO DIARIO JAÉN “TRADICIÓN CULINARIA”

24 jul 2019 / 11:01 H.

No existen palabras suficientes para esbozar, siquiera, un relato en el que la pasión y entrega sean completamente fidedignas a las desprendidas por las mismas paredes del bar Sola. La calle Doctor Muñoz del municipio cazorleño guarda un tesoro del que todo el pueblo siente orgullo e imperecedera apetencia por recibir lo mejor de un establecimiento con historia. “El bar Sola comenzó siendo un local en el que mi abuelo vendía alimentación. En 1950 lo adquirió mi padre, ya convirtiéndolo en un bar que recibió como nombre el primer apellido de mi abuela”, argumenta Jesús Alvarado, actual propietario. Además de ser el bar más añejo de Cazorla, es punto de encuentro entre distintas generaciones que han vivido el trato cercano y amistoso que caracteriza al bar Sola: “Mantenemos los clientes de toda la vida, de los cuales, ya conocemos a sus hijos y nietos”. Son incontables los recuerdos que penetran en un espacio que aglutina todo tipo de vivencias en buena compañía. Quienes ya se fueron de Cazorla, y vuelven para visitar a sus respectivas familias, no dudan en pasar por el bar Sola, donde siempre les esperarán las buenas tostadas, aperitivos y un cúmulo de excelentes vibraciones emitidas por quienes se dejan la piel, siempre con gusto, para conceder a su gente el mejor de los tratos. La familia Alvarado se ha mantenido firme en su mantenimiento: “Cuando se jubiló mi padre, el bar pasó a manos de mi hermano Dimas. Hace tan solo tres años que yo estoy al mando, acompañado de mi mujer Rocío”. Pese al trabajo duro que requiere capitanear un bar, Jesús Alvarado muestra su amor incondicional a un oficio que le viene de familia, y cuyo motor no es otro que el cariño de los paisanos que se muestran fieles a las delicias del “Sola”: “El bar es todo amistad y confianza. Me gusta mucho reírme con todo aquel que viene y que se rían con nosotros. No existe relación de dueño y cliente, más bien, todos somos uno”. No es de extrañar que el bar Sola reciba un reconocimiento por su trayectoria e implicación en Cazorla. Desde que comenzó a dar sus primeros pasos, este establecimiento se ha “metido en el bolsillo” a toda una población cazorleña que es bien servida en todos los sentidos. El sentimiento es mututo, y así lo transmite Jesús Alvarado: “Gracias a esta relación con la clientela se nos hace mucho más ameno este trabajo tan duro”. Jornadas interminables se tornan en una conjunción de buen hacer para con el vecindario cazorleño. Todo esfuerzo y sacrificio tiene su recompensa. Es esta la que recibe día tras día un establecimiento que, si bien hace llamarse “Sola”, no conoce precisamente la soledad. Sus años venideros lo harán todavía más querido y visitado en el municipio de Cazorla.