Alegría junto al Guadalquivir

El núcleo espeluseño, de raíces serranas, disfruta de una variada programación

29 sep 2019 / 16:20 H.

La Estación de Espeluy, un pequeño núcleo próximo al Guadalquivir, se convierte en un remanso de diversión y de fe en la recta final de septiembre. La aldea aúna dos realidades que conformaron sus orígenes. Por un lado, la presencia del ferrocarril y, por otro, la presencia de colonos llegados hace décadas desde el curso alto del río, concretamente de Bujaraiza, en la sierra segureña.

Precisamente las gentes serranas trajeron a San Miguel, el protagonista de las celebraciones. El presidente de la hermandad, Juan Antonio Palomares, resalta que son unas fechas propicias para el reencuentro y la convivencia. “Nos juntamos todos estos días. somos una gran familia”, indica. De la primera parte de las fiestas valora la elección de los hermanos de este año, Antonio Molina y Santos Sandoval. Pone de relieve, asimismo, la degustación de cuerva serrano y el nivel que caracterizó el pregón, a cargo de María Teresa Jándula, hijo de un expresidente.

Las fiestas tuvieron como preámbulo, el pasado fin de semana, una acampada en la finca Santa Ana. El primer día de la celebración, el jueves, se degustó una fideuá. Después se montaron el escenario y la iluminación. Se acabó con una sesión musical de los años 70, 80 y 90.

En cuanto al viernes, aparte del pregón y la invitación a cuerva, hubo un desayuno saludable en el colegio San José y una charla sobre acoso escolar. En el almuerzo se repartieron sardinas. Por la tarde, los niños disfrutaron de la fiesta de la espuma. La velada incluyó una actuación humorística y una sesión específica para jóvenes con DJ Zombiekill.

Por lo que respecta a ayer, la actividad no paró ni un instante. Se sucedieron una chocolatada, una competición de los tradicionales bolos serranos, juegos infantiles, un torneo de ajedrez, una competición de tirachinas, otra de beber cerveza en porrón, un guiso de paella, un campeonato de lanzamiento de huesos de aceituna y otros certámenes de futbolín y dardos, sin olvidar los bailes de salón y las jotas serranas. El grupo cristal puso la guinda a la alegre jornada.

Hoy, la fiesta termina con el día grande. A mediodía, el párroco, Jesús María Almagro, oficia una eucaristía. Luego sale la procesión, con el acompañamiento musical de la asociación Andrés Martos. Las flores son donadas por Juan Antonio Moreno. Tras el desfile, el foco de atención vuelve al recinto de las celebraciones. Se espera una comida de hermandad, seguida de una exhibición de acordeones y jotas flamencas en el Parque de los Donantes de Sangre. Francisco Javier Sandoval, con su piano, cierra la programación preparada para este año en la Estación de Espeluy con motivo de San Miguel Arcángel.