Americanos con fuerte arraigo

Descendientes de emigrados a Brasil visitan la ciudad alcaudetense para conocer su origen español

28 may 2019 / 17:14 H.

Entre 1880 y 1930 más de cuatro millones de personas emigraron a Brasil. Medio millón eran españoles, y de ellos una pequeña parte procedía de Alcaudete. No hay cifras totales, pero los ejemplos son elocuentes; como muestra, el 21 de octubre de 1913 atracaba en el puerto de Santos el buque San Giorgio; entre el pasaje viajaban cuarenta vecinos del municipio, hombres, mujeres y niños de apellidos tan familiares como Bergillos, Porras o Mantas. Eran jornaleros analfabetos que, tras once días de penosa travesía desde Gibraltar, desembarcaban en un país lejano y extraño, dispuestos a empezar desde cero. Pero antes y después de aquel viaje del San Giorgio el goteo de inmigrantes alcaudetenses fue constante, especialmente en la década de 1910.

Así, solo unos meses más tarde llegaron Manuel la Calle y María Hidalgo con sus cuatro hijos. Se establecieron en São Paulo, donde él trabajó en el campo, y durante algunos años mantuvieron el contacto con Alcaudete. Luego el rastro se perdió por varias generaciones hasta que Ana, bisnieta, visitó el pueblo de sus antepasados para conocer qué dejó atrás aquella humilde familia campesina. Fue en 2013, un siglo después de la partida de sus bisabuelos. “Ese viaje —cuenta Ana— significó para mí poder revivir la existencia de mis antepasados y entender sus vidas aquí. Encontrar personas que me recibieron con tanto cariño y me enseñaron el pueblo, la Sierra Ahíllos, los olivares, me hizo muy feliz y ahora siento que formo parte de esta tierra”. En mayo de 2019 Ana y su marido, Geraldo, han regresado, acompañados de su hijo, Vinicius, para quien la visita ha supuesto “un reencuentro con mis raíces y un increíble sentimiento”. A veces las esperanzas se truncaban y el destino daba giros inesperados. Francisco Gómez y su esposa, María Contreras, y Elena Santiago y su marido, Narciso García, abandonaron Alcaudete rumbo a Brasil. Francisco y Elena enviudaron pronto, pero acabaron rehaciendo sus vidas. Su nieto Pedro Castilho quiso conocer la tierra de sus abuelos. Lo hizo en 2014.

Pero no siempre era posible sobreponerse a la adversidad. Rosendo la Rosa y Elena Vázquez arribaron al puerto de Santos en el vapor Espagne en 1913. Se establecieron en São Paulo, pero poco después Elena se vio obligada a regresar a Alcaudete viuda y con un bebé nacido en Brasil que murió pronto. Es la doble cara, prosperidad y fracaso, que conlleva la gran aventura de la migración.