La estación de autobuses, una “ciudad sin ley” en la aceituna

Malestar por las peleas, la suciedad, los destrozos y compartimentos incívicos

22 ene 2020 / 16:28 H.
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Las imágenes se repiten desde hace años las semanas que dura la campaña de recolección de la aceituna. Decenas de temporeros hacen su vida en la estación de autobuses desde el mes de noviembre. Aunque muchos de ellos no da problemas, otros protagonizan comportamientos que suscitan críticas entre los usuarios de este espacio público. Esta temporada, al cierre de los lugares en los que solían albergarse en cajeros de oficinas bancarias ya cerrados o inmuebles demolidos se suma que la cosecha en Alcalá es más alta que en otros municipios.

El último incidente se conoció ayer y consistió en la rotura, una más, del cristal de una puerta causado por un botellazo. Ya van varios destrozos de este tipo. Otro motivo de queja se debe a las frecuentes peleas. También se destaca el consumo de alcohol, tabaco e incluso porros de marihuana en la sala y la zona de las dársenas, en un claro incumplimiento de la normativa. La presencia de gente a la hora de cerrar hizo que, a finales de noviembre, la estación permaneciera abierta una noche entera. Posteriormente, en varios ocasiones ha sido necesaria la presencia de agentes para que pudiera cerrarse la sala de espera.

A pesar del esfuerzo del personal —las instalaciones se limpian por la mañana y por la tarde—, la suciedad es otro motivo de descontento. La consigna quedó pequeña y hubo que habilitar una en la parte lateral del silo. Desde el 30 de diciembre, cada día se desalojan comida, envases, ropa, zapatos, cartones o maletas por parte de la empresa que presta el servicio. Sin embargo, las pertenencias se acumulan en la parte de las dársenas, donde un grupo de personas duerme cada noche y es posible ver, entre los múltiples enseres, incluso los colchones donde descansan a cualquier hora. Ni siquiera ante la apertura del silo o de los albergues ante la ola de frío quienes prefieren pasar la noche en la estación desisten. Los servicios, que también se limpian con frecuencia, son un foco en el que se acumulan mugre y desechos.

Especial mención merece el episodio en el que una joven sufrió un supuesto caso de abuso por parte de un hombre ebrio, que incluso llegó a hacerle tocamientos. Después de recibir aviso, fue necesaria la presencia de las Fuerzas de Seguridad —que también han tenido que acudir ante peleas—. Sin embargo, finalmente la víctima de los hechos, que causaron temor y sorpresa, prefirió no interponer una denuncia.

Alcalá