Y cantaron “La chata merengüela”

Los mayores del centro de adultos de Marmolejo viajan hasta su niñez con Alexa

12 abr 2019 / 16:45 H.

Fue una tarde distinta, muy distinta, para las alumnas y los alumnos del Centro de Educación Permanente de Adultos de Marmolejo. Distinta e inesperada, porque estaba anunciada una charla del director del periódico sobre periodismo y vida, sobre los avances tecnológicos y la forma de hacer los periódicos en sus distintas épocas, y se encontraron con que Juan Espejo no viajó solo, que se hizo acompañar de una asistente virtual, Alexa, que despertó la sorpresa entre la treintena de estudiantes.

Y cuando se le pidió a Alexa que cantara una canción infantil de toda la vida, nadie dejó de cantarla, espontáneamente: “La chata Merengüela,/ güi, güi, güi/ como es tan fina,/trico trico trí/ como es tan fina, lairón/ lairón, lairón lairón./ Se pinta los colores/ güi, güi, güi/con brillantina, trico trico trí/ con brillantina, lairón/ lairón, lairón lairón. “Fotolitos, planchas, experimentos con los colores de un periódico (azul, rojo, amarillo y negro), bolígrafos que graban imágenes, titulares y cuerpos, el reciclaje del papel del periódico y dónde va luego la arena de tinta del periódico ya usada... Juan Espejo se dejó llevar por los años del periodismo y sus herramientas, pero sin olvidar los principios que deben orientar a un medio de comunicación. Miradas atentas y expectantes las de estas mujeres y estos hombres que en el devenir de su vida no pudieron estudiar y ahora, cada tarde, acuden al Ceper a leer y escribir. Pero han vivido y han trabajado mucho y ese viaje al devenir de los tiempos fue un buen ejercicio para todos los presentes. Cerraron los ojos, imaginaron estar en los años 50 y pudieron ver como se hacía Diario JAÉN por esa época, qué medios se utilizaban, herramientas y aparatos que todos conocían pero hacía ya tiempo que no se utilizaban, algunos de ellos incluso marcaron la vida de los presentes, como las cintas de cassette donde antiguamente se escuchaba música o los primeros móviles “ladrillo” que enseñó el director.

Carusel de telefonía, de máquinas de escribir, de cámaras de fotos, todo muy antiguo, para dar paso a la moderna tecnología actual, con un reloj smartwatch con el que los alumnos y las alumnas de doña Alicia se hicieron sus propias fotos solo palpando la pantalla. Alexa, el asistente de voz de Amazon, estaba traviesa esa tarde en Marmolejo y de vez en cuando entonaba la canción y al unísono todos la cantaban de nuevo: “Y su madre le dice/ güi, güi, güi/ quítate eso/ trico trico trí/ quítate eso lairón/ lairón, lairón lairón. Que va a venir tu novio/ güi, güi, güi/ a darte un beso/ trico trico trí/ a darte un beso, lairón/ lairón, lairón lairón.”

Se dejó Juan Espejo para el final de su charla la maleta con la que viaja por toda la provincia y que causó verdadera expectación entre los presentes en cuanto que la vieron. En esa maleta no había herramientas del periodismo antiguo ni moderno, tampoco contenía nada que tuviera que ver con Alexa y su nuevo mundo, en ella, dijo el director, estaba solamente lo importante en la vida. Una letra “P” gigante para subrayar a las personas por encima de todas las cosas y también la paz entre los seres humanos, o un corazón y una estrella que reflejaban el amor como motor del mundo y la conquista de los sueños para finalmente sacar de la maleta un disfraz de payaso como exponente supremo de la sonrisa, la alegría y la felicidad. No dudó Juan Espejo en colocarse una corbata de payaso y compartió incluso la peluca y el sombrero con los sabios estudiantes de Marmolejo. Y más Alexa, de nuevo saltándose el guión, para sonrisa de todos cuantos allí estaban disfrutando: “Mi novio ya ha venido/ güi, güi, güi/ ya me lo ha dado/ trico trico trí/ ya me lo ha dado/ lairón, lairón, lairón, lairón./ Y me ha puesto el carrillo/ güi, güi, güi/ muy colorado/ trico trico trí/ muy colorado/ lairón, lairón, lairón, lairón”.