Vendedores del mercadillo piden cambiar de ubicación

El actual emplazamiento es “incompatible” con el calor veraniego

19 jul 2016 / 13:46 H.

Evitar a toda costa, y a la mayor brevedad, el sofocante calor propio de los meses más intensos de la época estival. Ese es el mayor anhelo de los vendedores ambulantes que integran el mercadillo de Linares, quienes se quejan de los efectos de las altas temperaturas que sufren cada vez que les toca montar sus puestos en la ciudad minera. Y es que, según manifiestan, el recinto ferial del Pisar, actual emplazamiento de este servicio, no reúne las condiciones óptimas y resulta “incompatible” para ejercer sus labores de venta al público.

“Solicitamos al Ayuntamiento, con urgencia, que nos cambien de ubicación y permitan que nos vayamos ya a la prolongación del Paseo de Linarejos. En principio, nos iban a cambiar el día 15, pero lo prorrogan hasta el día 26 de este mes. Creemos que esa fecha ya es demasiado tarde porque el calor es insoportable”, señala Gabriel López, vocal de la Asociación de Vendedores Ambulantes Autónomos y delegado en el mercadillo de Linares.

El representante del colectivo considera que el parque del Pisar es “un hoyo a pleno sol que acoge unas temperaturas demasiado altas”, razón por la cual los vendedores precisan de una ubicación, como el Paseo de la Ermita, donde “se dan mejores condiciones porque, al menos, sopla algo más de viento y hay arboleda”. Así, la principal reivindicación es que el cambio de ubicación que se realiza cada verano se produzca “antes de lo que se hace”. En concreto, Gabriel López cree que lo “idóneo” es que la mudanza debería producirse durante los meses de julio y agosto al completo. “Si nos suben demasiado tarde, lo pasamos mal nosotros y, encima, se nota en las ventas”, agrega.

Los datos económicos también influyen en las peticiones de los vendedores del mercadillo, puesto que, a su juicio, los ingresos serían mayores en el caso de contar con unas condiciones más asequibles para el público. “La gente no quiere subir al mercadillo a pasar este calor, por eso opta por no venir. Se dan casos de personas a las que les dan sofocos y hay riesgo de golpes de calor. Para solucionar este problema no pedimos inversiones económicas, no hacen falta, solo que se actúe para mejorar un poco nuestra situación”, comenta el delegado del mercadillo.

Asimismo, otra petición destacada del colectivo ambulante se centra en un “mejor aprovechamiento” de las actuales instalaciones del parque del Pisar, ya que no cuentan con servicio de aparcamientos para la clientela. “No comprendemos cómo en un lugar público como el ferial, que es tan espacioso y tiene tantos accesos para vehículos, no dejan que entren los coches para poder aparcar. De esa manera, se fomentaría que la gente viniese y se incentivaría el consumo; es tan fácil como aprovechar la infraestructura que tenemos”, señaló Gabriel López. En este sentido, el representante de los vendedores plantea que se señalice un carril de entrada y otro de salida para los coches, sin llegar a impedir el paso de los viandantes, debido a la anchura con que cuenta la rampa de acceso al recinto desde la calle Eriazos de la Virgen.

Unas reivindicaciones que no son nuevas y que precisarían de su estudio y valoración por parte del personal técnico del Ayuntamiento. Hasta la fecha, desde el área de Consumo se determinó que el cambio de ubicación se producirá el próximo día 26, quedando emplazado el mercadillo en el Paseo de la Ermita, hasta que pase la Feria de Agustín. Una práctica habitual que, al menos, sirve para aliviar tanto a los trabajadores como a los clientes.

Notable descenso en el volumen de ventas y en la ocupación de plazas

El mercadillo de Linares va a menos durante los últimos años, según manifiestan desde la Asociación de Vendedores Ambulantes Autónomos. La crisis económica hace mella en este servicio comercial, que se encuentra mermado y ve reducido su número de componentes año tras año. Así, según denuncian desde el colectivo, a nivel general se experimenta un notable descenso en el volumen de ventas, así como en la ocupación de plazas por varios comerciantes.

“Las ventas no repuntan y a la inmensa mayoría nos cuesta el dinero estar aquí, ya que hay que pagar impuestos y demás. Ahora mismo, se ponen un setenta por ciento de los vendedores porque la situación no está bien”, lamenta Gabriel López, quien recuerda que “este mercado, hace más de una década, era ejemplar y atraía a gente de toda la provincia y de otras cercanas que venían aquí a vender, sin embargo, ahora sobran sitios”.

De ahí la petición de mejoras para el mercadillo, ya que la intención y el deseo de los vendedores ambulantes es que vuelva a “florecer”. Según apuntan, este era uno de los elementos que más animaba la actividad comercial local, especialmente, gracias a los numerosos clientes que venían de los municipios cercanos.