Vacas entre tablas y remolques

Jóvenes y mayores disfrutan de uno de los festejos más esperados en el municipio

20 ago 2019 / 11:17 H.

Los encierros o la suelta de reses de Noalejo llaman la atención por varias cosas, pero lo que más salta a la vista es lo bien improvisada de su “plaza de toros portable”. Tablas de madera, jaulas de hierro y remolques en un rectángulo perfecto congregan a estos días a cientos de jóvenes y mayores llegados de todos los pueblos cercanos. Las sillas apostadas en los remolques conforman las gradas y los andamios hacen el papel de los palcos, eso sí, no se puede discernir la zona de sol y sombra, ya que hasta cierta hora este brilla con fuerza, por lo que el ingenio aparece de nuevo y se soluciona con unos mantones o sombrillas de la playa que otorgan un buen refugio a primera hora. Y es que las peñas llegan cerca de las 17:30 horas para ocupar su sitio en los palos, aunque las vaquillas no salten a la plaza hasta cerca de las siete de la tarde, como ocurrió en el primer encierro que tuvo lugar ayer.

Cuatro vaquillas llegadas desde El Condado hicieron levantarse al público de Noalejo más de una vez. Los jóvenes recortadores pusieron el espectáculo citando al animal. Uno de los momentos más complicados llega cuando toca devolver a la vaca al camión del que se suelta. La primera opción siempre es la soga, que se debe pasar por los cuernos para no hacer daño al animal y poder dirigirlo. Parece más fácil decirlo que hacerlo y, de hecho, así es. Cuando el animal se da cuenta de la intención de los mozos, no se presta a que lo aten, pero los noajeleños tenían otra sorpresa. A modo de los legendarios forcados, uno de los jóvenes, bastante diestro con el capote, dio un par de pases a la vaquilla antes de lanzarse directamente a por ella con sus propias manos. Tras él, acudían en su ayuda otra decena de jóvenes que sometían al animal sin hacerle más daño que el forcejeo, un respeto que fue palpable cuando varios de los jóvenes reprocharon a otro cuando intentó golpear al animal.

La tarde transcurrió sin más incidentes que un par de resbalones y algún susto con un revolcón más gracioso que dañino, hechos que dieron vida a la plaza en más de una ocasión. Varios valientes probaron algunos recortes con las cuatro vaquillas y levantaron el aplauso del público. Noalejo comienza así uno de los festejos al que le dedican buena parte del presupuesto de sus fiestas, ya que es una de las citas más esperadas del año por todos los vecinos y visitantes. Muchas familias llegadas desde Barcelona y otros rincones de España que en su día tuvieron que emigrar vuelven estos días para disfrutar de las fiestas de su pueblo y sus particulares encierros. Por la noche, la música no dejará de sonar hasta altas horas en un municipio en el que estas jornadas se viven con gran intensidad.