Una multitud honra a los caldos y las viandas más típicas de Frailes

La XXIII Jornada Vinícola y Gastronómica congrega a unas 1.700 personas

05 may 2019 / 11:48 H.

Un ejercicio colectivo de buen yantar. Las previsiones se cumplieron y la edición número veintitrés de la Jornada Vinícola y Gastronómica de la villa de Frailes congregó a una multitud bajo la carpa del recinto ferial de las Eras del Mecedero. Como se esperaba, los cielos casi despejados y las temperaturas propias de la primavera atrajeron hasta el municipio a gran cantidad de visitantes. En torno a 1.700 personas asistieron al acto central de la celebración, un almuerzo colectivo para reivindicar los valores culinarios y los caldos de los que presume el pequeño municipio de la Sierra Sur, cuya población está por debajo del número de asistentes.

La representación institucional corrió a cargo del delegado territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico. Lo acompañó el parlamentario andaluz por el PP Francisco José Palacios. Hicieron de anfitriones los miembros del equipo de Gobierno frailero, con el alcalde, José Manuel Garrido, y los ediles Lucía Serrano, Encarnación Castro, Rafael Rosales y Susana Garrido. También disfrutaron de la actividad el diputado provincial y concejal popular alcalaíno Marino Aguilera, junto con buena parte de su candidatura para las elecciones municipales del próximo día 26.

Por otro lado, estuvieron presentes la cronista oficial frailera, María Teresa Murcia, y miembros de la sociedad jiennense y andaluza, como José Márquez, de la Caja Rural de Jaén y la periodista de Canal Sur de orígenes fraileros Ana Mercedes Cano. Ella y Murcia son coautoras de “Trinchera Abierta”, un ensayo sobre la II República y la Guerra Civil en Frailes y su comarca.

El almuerzo, muy energético, contó con aperitivos, como aceitunas aliñadas y machacadas y platos de aceite de oliva virgen extra de la Sierra Sur para mojar. Como entrantes también había embutidos —morcilla, salchicha y chorizo— y queso, en ambos casos elaborados en la villa. El eje de la comida fue la olla podrida, en la que se mezclaron cerdo y otras carnes de la zona, como la de pollo, y todas clase de verdura. Todo ello con las judías blancas como aglutinante. Posteriormente, por las mesas circularon fritos de carne —costilla, panceta y cabezada—, perfumada con hierbas aromáticas de la Sierra Sur de Jaén y complementado con cebolla. Para acabar, el postre, compuesto por dulces típicos.

El almuerzo se prolongó durante varias horas y congregó, aparte de a fraileros, a personas procedentes de otros puntos de la comarca, así como a visitantes procedentes principalmente de las provincias de Granada y Córdoba, aunque no faltaron emigrantes que aprovecharon la convocatoria para regresar al pueblo en el que nacieron.

En el exterior de la carpa había expositores, en los que los presentes tuvieron la ocasión de adquirir los productos de primera calidad, como embutidos, aceites, quesos o dulces, sin olvidar los vinos. Entre las empresas representadas se hallaban Bodegas Campoameno, Embutidos La Abuela Laura, Embutidos Dani Ribera y Cooperativa San Rafael. Igualmente, exponían su labor otras empresas locales.

Con motivo de la fiesta, progenitores del colegio Santa Lucía atendieron la barra, con el fin de recaudar fondos para el viaje de estudio. También se ofrecieron bolsas de tela preparadas por los propios menores. Para rematar la celebración, hubo una actuación del grupo Los Vinilos, que ofreció versiones de conocidas canciones durante la sobremesa de la concurrida convocatoria.