Una jornada de recortes y diversión ante el toro

Los vecinos disfrutan del penúltimo festejo taurino antes del día grande, que es hoy con el desfile del patrón

16 ago 2019 / 13:02 H.

Los rayos de sol apenas asomaban por las rocosas montañas y los verdes parajes que rodean Siles cuando las idas y venidas se apoderaron de cada una de las calles del municipio. La actividad, lo que se conoce popularmente como el bulle bulle, se respiraba en todos los rincones, y es que si una cosa caracteriza a los sileños es que, cuando algo les gusta de verdad, no hay quién los pare. Muy madrugadores, algunos por ganas de fiesta y otros, seguramente, por “obligación”. ¿Por qué? Los componentes de la charanga El Bombazo se encargaron de despertar, desde bien temprano —a las ocho y media de la mañana—, a aquellos más rezagados o a los que los festejos los mantuvieron despiertos hasta altas horas de la madrugada el pasado miércoles.

La música y la alegría inundaron Siles de la mano de los compañeros de El Bombazo, que precedieron al tercer encierro —el segundo de dos novillos— que se celebró en el municipio con motivo de sus fiestas en honor de San Roque. Los sileños corrieron calles arriba y abajo desde las nueve y media de la mañana. Esquivaron y recortaron a los dos becerros, uno adquirido por la peña El Agua y el otro aportado por La Caldereta, pero ambos pertenecientes a la ganadería Valle-lindo de Riópar. Lo pasaron más que bien. Llegaron a la plaza y allí continuó la diversión. Era temprano, pero el calor ya apretaba en Siles y algunos conseguían zafarse de los torillos lanzándose a la “piscina” que coronaba el centro de la plaza.

Muchas risas, aunque también extremo cuidado para no ser alcanzados por los novillos. Al final, todo transcurrió con normalidad. Más tarde, cuando pasaban treinta minutos de las doce del mediodía, comenzó la solemne misa, pero no en honor de San Roque, sino de la patrona, Nuestra Señora de la Asunción, que brilló en su día grande. Más tarde, a las cinco y media de la tarde, para los que no quisieron madrugar tanto y tras el pertinente parón para comer, se produjo la suelta de dos reses bravas. En esta ocasión fueron una vaca y una novilla las que hicieron a los sileños recorrer de nuevo el pueblo de lado a lado. Al menos, así, bajaron la comida. Hoy es el día grande con la procesión del patrón, que recorrerá Siles acompañado por la banda musical de Arroyo del Ojanco.