Una aventura de altos vuelos

El peroxileño Antonio Miguel Hurtado Montiel soñaba con convertirse en piloto de aviación desde niño; estudió Ingeniería Aeronáutica y, a base de esfuerzo, despegó hasta tocar el cielo en la ciudad británica de Derby

24 feb 2019 / 17:18 H.

El peroxileño Antonio Miguel Hurtado Montiel (1992) es ese hombre del poema de Juan Gelman que deseaba locamente volar; un sueño que lo acompaña desde esa edad en la que coger una toalla y hacerse con ella una capa de superhéroe o construir aviones de papel es lo más normal del mundo.

Así pasaba su infancia este enamorado del cielo que, a fuerza de hincar codos y de fidelidad a su vocación, se ha convertido en todo un ingeniero aeronáutico, una carrera de altura que ha terminado por darle alas para diseñar su vida: “En 2010 marché a Madrid para estudiar en la Universidad Politécnica”, recuerda, mientras confiesa que en su casa, precisamente, no sobraba el dinero: “Vengo de familia humilde, ninguno de mis padres llegó a acabar los estudios secundarios”. Lo dice sin complejos, seguro de que el esfuerzo —del que depende el éxito, asegura Sófocles— es la más hermosa carta de nobleza.

“Soñaba con ser piloto y siempre me siento admirado por lo no cotidiano, lo difícil, lo que no todo el mundo está dispuesto a hacer y a sacrificar”, asegura Hurtado. Dicho, y hecho, y pese a las muchas dificultades, prendió todos sus motores y... ¡a volar!: “He de admitir que no fue fácil, algún que otro mal trago durante la temporada de exámenes, esos días de aceituna en navidades, donde solo pensabas en llegar a casa y estudiar”. ¿El premio?, una ingeniería terminada y el primer trabajo, como becario, en una empresa del sector que prefiere. No le parecía bastante, así que se inscribió en un posgrado en la Universidad Carlos III que sacó adelante a la vez que, rodeado de simuladores de vuelo, se batía el cobre cada día para no menoscabar la economía de la familia —buena conciencia, le llaman muchos—: “2017 llegó prometiendo, un nuevo contrato de trabajo recién firmado, un proyecto de máster encaminado para ser entregado en verano, un departamento entero de verificación/ensayos dispuesto a enseñarme cómo trabajar, un jefe —Ángel Sánchez-Elvira— al que admiraré siempre por su buen hacer y dedicación para mi formación en esta empresa, y un puesto que siempre había soñado, al poder compaginar trabajo de oficina con campaña de ensayos en vuelo y tierra”, evoca el peroxileño. Todo sobre ruedas, un presente increíble y un futuro más que halagüeño que lo llevó a aterrizar, de forma inesperada pero no “de emergencia”, en Derby, la ciudad británica donde reside: “Ese verano recibí una llamada donde se me ofrecía un puesto como ingeniero consultor de ensayos para un nuevo motor de aviación civil, que me daba la oportunidad de trabajar en el Headquarter de uno de los mayores fabricantes de motores de avión, Rolls Royce”. Y a Inglaterra que se marchó “volando”: “La decisión de venir no fue del todo fácil, suponía renunciar a mi zona de confort, trabajar en un producto totalmente nuevo, lo complejo y desconocido que pintaba un motor de aviación, para mí, en esa época, suponía trabajar en un país donde tu idioma no te sirve de nada...”. Y volvió a salir el Antonio Miguel Hurtado más luchador: “Ahí residía la motivación, quería verme fuera y ver cómo actuaría si todo me lo quitasen y me pusieran obstáculos por medio, quería probar al verdadero yo fuera de su entorno, y así fue”; solo se permitió una “licencia” para hacer esta aventura un poco más llevadera: “Gracias, Loli, por acompañarme en este primer viaje a Derby —Loli es mi hermana—”.

Una historia intensa de renuncias y conquistas para todo un “responsable de saber cuánto tiempo es capaz de aguantar cada pieza de un motor de ensayos sin un posible fallo”. ¡Vértigo da pensarlo!

españa, su horizonte

“Vivir en el extranjero me está definiendo como persona, he conocido o reencontrado a gente increíble, gente que diariamente me aporta mucho, de estos amigos que siempre suman, independientemente de si tú te das cuenta o no”. El peroxileño reflexiona sobre su situación actual y saca en claro que su apuesta por construir su ruturo fuera de España, al menos hasta ahora, le ofrece un balance más que positivo: “Mi familia en Derby se compone de amigos prácticamente de todas las nacionalidades, y viajamos muchísimo, hacemos muchos planes... Tanto —afirma– que para descansar necesitas aislarte”, confiesa. Dice, eso sí, y por muy a gusto que se encuentre, que al final volverá a España: “No tengo fecha de vuelta, pero lo haré, me lo tengo prometido. Si formase una familia, lo haría allí, pero esto no quiere decir que tire todo por la borda ahora”, concluye.

nostalgia de su gente

La experiencia de la lejanía, para el de Torreperogil, tiene también su parte negativa, casi siempre relacionados con la temida “morriña”: “Hay momentos en los que echas de menos a tu familia, aquellos momentos familiares y entre amigos que actualmente me estoy perdiendo en España; el tiempo, la cantidad de horas de luz que tenemos en Reino Unido no tienen nada que ver con nuestro país”, suscribe, y añade: “Momentos en los que tú solo tienes que decirle adiós a tus seres queridos mientras recorres las interminables colas de un aeropuerto, mientras observas a tu madre llorando desde la distancia, momentos en los que algún amigo/a te visita y le acompañas hasta la estación de tren o el aeropuerto para decirle adiós, después de haber pasado un fin de semana para enmarcarlo”.

una ciudad pequeña y con un ambiente que le recuerda a su torreperogil natal
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En su trabajo actual en la ciudad británica en la que reside, Derby, Antonio Miguel Hurtado Montiel ejerce como ingeniero de ensayos de vuelo para cinco tipos de motores de aviación (A330Neo, A350, A380, Boeing 737 y Beluga XL) —este derroche de conocimiento técnico, para los amantes de los aviones—. Una tarea plena de responsabilidad que, sin embargo, lo apasiona y que, además, le deja tiempo suficiente también para disfrutar de su nuevo destino, a más de mil ochocientos kilómetros de su tierra de nacimiento: “Derby es una ciudad situada en el centro de Inglaterra, que cuenta con doscientos mil habitantes aproximadamente y un centro urbano muy pequeño, que se puede cruzar en apenas veinte minutos”, asegura el ingeniero aeronáutico; algo así como su Torreperogil natal, o al menos eso dice Hurtado, a quien “las tiendas pequeñas y el ambiente” de Derby le recuerdan, cada día, a su machadiano pueblo de La Loma: “Es normal encontrarte a conocidos en todo aquel sitio que visites”, afirma el hijo de José y Ana.

en pleno ensayo
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Actualmente colabora en la campaña de ensayos en vuelo para el motor del avión que se ve en la foto. Precisamente, la imagen, de 2017, corresponde al primer vuelo de esa aeronave con esta nueva configuración de motor elegida por Rolls Royce, “lo que representa una cantidad de trabajo y esfuerzo enorme para el equipo de ingenieros”.

profesional
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La fotografía, tomada el pasado año 2017, muestra al ingeniero aeronáutico peroxileño Antonio Miguel Hurtado Montiel durante el desarrollo de una sesión de trabajo en tierras británicas, en plena presentación de “los logros y éxitos conseguidos por todo el departamento, frente al ‘chief engineer’ de Rolls Royce”.

entre amigos
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El pasado mes de junio, Antonio Miguel Hurtado recibió la visita de unos amigos del Máster de Ingeniería Aeronáutica, que se desplazaron a Derby para encontrarse con él. La foto se realizó en la principal estrella de Derby, la cabra del Forest Derby FC, que refleja la mascota anfitriona del Derby Forest Football club.

“segunda familia”
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“Mi segunda familia, formada por mi círculo cercano de amigos —españoles, italianos, australianos y escoceses, entre otros—”, asegura Hurtado Montiel, que en la fotografía de la izquierda aparece junto a todos ellos durante la celebración de “uno de los miles de cumpleaños” que el grupo festeja a lo largo del año.