Un plato de arroz que sella la lucha cívica por la seguridad

Torreblascopedro y Villatorres agradecen el tesón para lograr el puente de Campillo

25 feb 2019 / 16:42 H.

Cientos de personas se concentraron en la Plaza de la Virgen de la Asunción, en Campillo del Río. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en la segunda mitad de 2015 esta vez no era para protestar, sino por un motivo mucho más positivo, celebrar la consecución del anhelado puente sobre el Guadalquivir que une este núcleo y Vados de Torralba. La iniciativa fue impulsada y financiada por los ayuntamientos de Torreblascopedro y Villatorres, municipios a los que, respectivamente, pertenecen ambas pedanías.

Una suculenta paella, preparada por una empresa de Canena, y platos de jamón y queso regados con bebidas sirvieron para sellar una promesa municipal como gratitud por la lucha cívica que propició la construcción de la infraestructura. Entre los presentes había vecinos de varias poblaciones, como, por ejemplo, Torrequebradilla. La presencia institucional corrió a cargo de varios ediles, entre ellos, el joven diputado provincial por Izquierda Unida Miguel Manuel García.

En el acto, acompañado de agradable música, no faltaron los discursos políticos. Tomaron la palabra los alcaldes de Torreblascopedro, Juan María Ruiz, y de Villatorres, Sebastián López. El primero resaltó que la celebración popular era “saldar una deuda”, con el cumplimiento de una promesa hecha en 2015. Por otro lado, valoró la “rentabilidad social” del puente y el apoyo fundamental de medios como Diario JAÉN. Mientras, López recordó su experiencia personal, de hace décadas, cuando se jugó la vida para atravesar el Guadalquivir. Por otro lado, el político de IU puso en valor la importancia de las movilizaciones para que se construyera la pasarela. En este sentido, agradeció el paso dado por la Diputación y contrapuso la actitud de su presidente, Francisco Reyes, con la de la Confederación, que no se mojó en la iniciativa.

En el encuentro quedó patente el “hermanamiento” informal surgido a raíz de las protestas comunes entre los habitantes de Campillo y Vados. Especial protagonismo tuvieron en la comida los componentes del equipo de Gobierno torreño, que no dudaron en encerrarse 33 días entre septiembre y octubre de 2015 junto con otros habitantes de la aldea. Junto a ellos, todo un pueblo que se volcó con la iniciativa y colaboró con el reparto de alimentos y otras formas de hacer más llevadera la incómoda estancia en las instalaciones del Ayuntamiento. Ahora, existe una alegría colectiva por un puente que da seguridad y evita tener que dar un largo rodeo cotidiano por carretera a más de mil personas.

Emocionado recuerdo del encierro y de las movilizaciones de la población

Ana María Ramos Martínez es edil en el Ayuntamiento de Torreblascopedro y concejal delegada del núcleo de Campillo del Río. Confiesa que todavía se le pone el vello de punta cuando piensa en los 33 días de encierro que vivió con el resto del equipo de Gobierno torreño y con otros conciudadanos. En su caso concreto, fue una estancia muy especial, pues la pasó con su hijo pequeño, entonces con un año. “Hubo momentos buenos y malos, con risas y lágrimas. Lo más positivo, la unión y el apoyo general”, indica. La responsable subraya que no se reivindicaba algo intrascendente, sino muy necesario para evitar “desgracias”. Califica de fundamental el encierro para dar el brazo a torcer de responsables políticos que hasta entonces hacían “oídos sordos”. Entre sus recuerdos, la celebración de los plenos en el propio edificio en el que permanecían día y noche, de manera que el Ayuntamiento funcionaba desde allí y los funcionarios tenían que desplazarse para diversas gestiones. La edil señala orgullosa los dibujos infantiles hechos en el otoño de 2015 por los niños del pueblo.

Por su parte, el pedáneo de Vados de Torralba, Francisco de la Cruz Martos, también tiene “recuerdos imborrables” de entonces, pero vivió la movilización desde fuera —no llegó a encerrarse en Campillo—. Por ejemplo, evoca los viajes a Sevilla para reclamar la pasarela o la recogida de firmas. “Los políticos poderosos lo notaron”, afirma en referencia a las protestas, que unieron a los dos núcleos a ambas orillas del Guadalquivir y a otras poblaciones cercanas, como Torrequebradilla, Villargordo o Lupión. Tanto Ramos como el pedáneo están satisfechos con el resultado y destacan la vigencia del lema “la unión hace la fuerza”.