Un lenguaje que “pisotea y discrimina” a las mujeres

Pilar de la Paz ofrece aspectos
para la reflexión en su intervención introductoria de la mesa redonda

29 nov 2017 / 11:18 H.

Los últimos serán los primeros. La frase, del Evangelio de Mateo, no dice nada de las últimas, ni de su posición en la parrilla. Pero esto no viene al caso. Es por lo de empezar por el final y traerlo al comienzo. Pilar de la Paz Moya, como colofón de su disertación previa a la mesa redonda sobre una comunicación igualitaria, dejó una frase para la reflexión, un broche de oro: “Quiero que haya mujeres en vuestra cabeza, porque si hay mujeres en vuestra cabeza, también aparecerán en vuestro discurso”. Pilar de la Paz posee un dilatado currículo: Es Premio Jaenera 2016 a los Valores Humanos del Ayuntamiento de Jaén; activista feminista en Facebook; colaboró, como experta, durante 2013, en la elaboración del Plan de Igualdad de la Diputación de Jaén, articulista, experta en género e igualdad de oportunidades, especialista en gestión de recursos humanos, licenciada en Ciencias del Trabajo, etcétera. En su discurso puso de manifiesto cómo los medios de comunicación minusvaloran a la mujer. Para ello mostró un buen número de titulares y fotografías, que aparecen en los medios escritos hoy en los que está implícito tanto en androcentrismo como el sexismo. Pero antes, proyectó la primera película comercial de los hermanos Lumière “La sortie de l’usine”, rodada en Lyon en 1895, de dos minutos de duración. En esas imágenes se ven obreras y obreros, hombres y mujeres, saliendo de una fábrica, indistintamente, en igualdad.

Pero la realidad, hoy, es muy otra, según la ponente: “Utilizamos un lenguaje que minusvalora, discrimina y pisotea a menudo a las mujeres y se trata de que este lenguaje lo cambiemos para que las mujeres se visibilicen”.

Pilar de la Paz Moya comentó diferentes titulares y fotografías de prensa para concluir que el lenguaje está con el poder. “El lenguaje es una herramienta muy potente en manos del poder y, por eso, hay un montón de resistencias que, cada vez que intentamos hacer un lenguaje inclusivo sale un montón de gente poderosa a ridiculizar y a mofarse del lenguaje no sexista e inclusivo”. La ponente aclaró que no pretendía dar respuestas, sino que los asistentes al acto se planteasen preguntas y que lo que planteaba sirviese de reflexión.

“El androcentrismo nos habla de un perspectiva, es una mirada en la que el hombre es el centro del universo, el protagonista, la norma. Y nosotras, ya lo dijo Simón de Beauvoir, somos la otra, lo accesorio, lo periférico, lo que no es principal”. En ese sentido, añadió Pilar de la Paz, el androcentrismo no cuenta con las mujeres o les da poca importancia.

Por otro lado, dijo, está el sexismo: “El sexismo lo que hace es maltratarnos, humillarnos. Es la visión machista”. Como botón de muestra se refirió a datos de la radio, en los que en torno al 50 por ciento de los profesionales son hombres y la otra mitad, mujeres. Pero a la hora de hacer cada cual su trabajo en la radio, surge el poder sexista del lenguaje: “Eso se transforma mencionando a las personas. Si hablamos de Messi o Ronaldo, hablaremos de ellos el 85% del tiempo y solo el 15% lo dedicamos a mujeres. Los profesionales dedicáis muchísimo menos tiempo a hablar de nosotras. Ese es un proceso en cadena. La sardina que se muerde la cola. Si esto se lleva a la política ocurre lo mismo”. Ese androcentrismo, subrayó Pilar de la Paz lleva “a ver tertulias sin mujeres”, y puso el ejemplo de una determinada cadena de televisión en 2017.

La ponente leyó un titular de prensa del 19 de noviembre pasado: —Al menos 15 muertos en una estampida en un reparto de comida en Marruecos. Y luego leemos: —Todas las víctimas mortales son mujeres. Si todas las víctimas son mujeres, ¡por qué no pone al menos 15 muertas por una estampida. Seguramente, la noticia sería distinta, porque si esas mujeres están muertas hay un perfil determinado y unas causas diferentes”. En una fotografía de la presentación de una copa de baloncesto femenino todos los que aparecen eran hombres. “El androcentrismo —explicó Pilar de la Paz— es presentar a las mujeres como apéndice de un hombre”. Otros aspecto que comentó es la costumbre extendida de considerar a las mujeres niñas, menores, en el trabajo, en lo que serían relaciones no solo no igualitarias, sino de ninguneo de la persona.