Un juez permite a una ampa vender los libros escolares

Desestima la demanda interpuesta por libreros por competencia desleal

06 abr 2016 / 12:12 H.

El Juzgado de lo Mercantil de Jaén ha dictado una sentencia que puede suponer un rejón de muerte para el castigado gremio de las librerías. Y es que el juez ha rechazado la demanda presentada por cinco propietarios de papelerías de Andújar contra una asociación de padres y madres de alumnos (ampa). Este colectivo vende los libros escolares directamente a sus asociados, una práctica que, a ojos de los comerciantes, supone una competencia desleal que los lleva a la ruina. Sin embargo, su señoría no tiene el mismo criterio y permite los progenitores distribuir los textos. Eso sí, siempre y cuando cumplan una serie de requisitos. Se trata de una sentencia pionera en Andalucía y que marca un antes y un después para el sector.

La ampa “Bartolomé Herrera”, perteneciente al colegio público Capitán Cortés de Andújar, decidió distribuir los libros de texto entre sus asociados en el pasado curso escolar. Se trata de uno de los centros educativos más importantes de la ciudad, con unos 450 alumnos matriculados en Infantil y Primaria. Lógicamente, fueron muchas familias las que adquirieron los textos a este colectivo, fundamentalmente porque suponía un ahorro que podía alcanzar hasta el 30 por ciento.

Y esto supuso una merma considerable de los ingresos de las librerías iliturgitana, que consideraba que esta actividad de la ampa suponía una competencia desleal. Cinco de estos negocios presentaron una demanda en los tribunales en la que pedían el cese de esta práctica y una compensación por los daños y perjuicios ocasionados. Sin embargo, el juez no les ha dado la razón. Todo lo contrario: ha desestimado íntegramente sus pretensiones en una sentencia que tiene una importancia extraordinaria.

La resolución parte de una premisa fundamental: “Las asociaciones tienen entre sus fines asistir a los padres en todo aquello que concierne a la educación y aquí se incluye auxiliarles en la adquisición de libros de texto”, dice literalmente el magistrado Luis Shaw. A partir de ahí, esa distribución del material escolar debe hacerse en unas determinadas condiciones. La primera es que los compradores deben ser miembros de la asociación. La segunda es que la actividad debe ejercerse fuera de las instalaciones del colegio. Y la tercera es que no haya ánimo de lucro. La sentencia considera que la ampa “Bartolomé Herrera” cumplió los tres requisitos.

Así, el colectivo alquiló un local ajeno al edificio del centro educativo, se dio de alta como librería en el registro de actividades económicas y contrató a una persona para atender la venta de los libros para aquellos padres que los habían solicitado. Después, compró el material directamente a las editoriales. Todo el dinero obtenido se destinaba íntegramente a realizar actividades escolares que favorecían a todos los alumnos, tal y como recuerda el juez en la resolución.

“Esta sentencia supone para nosotros una enorme satisfacción. Solo queremos lo mejor para la educación de nuestros hijos y, en ningún caso, ganar dinero”, sostiene Manuel González Mezquita, portavoz y secretario de la ampa. La sentencia no fue recurrida ante la Audiencia por los demandantes, por lo que ya es firme.