Susto por el desplome de una casa

“San Vicente de Paúl” lleva un año pidiendo al Ayuntamiento medidas contra la infravivienda

24 jun 2016 / 13:51 H.

Dice el refrán que tanto va el cántaro a la fuente que se rompe y se puede aplicar a pies juntillas a lo que ayer ocurrió en el barrio de San Vicente de Paúl. A eso de las dos de la tarde —relató a este periódico el presidente de la asociación de vecinos, Juan Torres— se desplomó el número 29 de la calle Miguel Hernández, paralela a Antonio Díaz. “Afortunadamente —continuó el dirigente vecinal—, no ha habido daños personales”. El inmueble, de titularidad “municipal”, llevaba abandonado una década aproximadamente y era un foco de ruina que, en cualquier momento, se podría venir abajo, como, finalmente, sucedió ayer. Pero denunció Torres: “Desde hace más de un año enviamos escritos al Ayuntamiento advirtiendo del peligro que suponen las infraviviendas en el barrio y no nos han escuchado”.

En sus peticiones, la asociación solicitaba a la Administración local el derribo de la veintena de inmuebles de este tipo que se concentran, fundamentalmente, en el triángulo vial que forman las calles Miguel Hernández, San Rufino y Cora, su derribo. “Lo hemos pedido una y otra vez porque esto puede ocasionar algún día una desgracia”, justificó el presidente de “San Vicente de Paúl”. Alertó, por ejemplo, de que, en la vivienda que se vino abajo ayer, “se metían mendigos y niños para jugar”. Y aventuró: “No ha matado a nadie de milagro, porque ha sido a la hora de la comida y estaban todos almorzando. Si no...”. No quiso añadir más, porque la imagen que quedó en la calle lo dice todo.

Tras el derrumbe, agentes de la Policía Local y efectivos de Bomberos se trasladaron hasta el lugar. Para prevenir riesgos, colocaron unas vallas a modo de advertencia. Aunque los vecinos —aseguró Torres— llamaron al Ayuntamiento para informar de lo ocurrido, al cierre de esta edición los escombros se hacinaban en la zona y había “cables dando chispazos”, se quejó el dirigente vecinal. “Nos han dicho que, posiblemente mañana [por hoy], venga un técnico”, comentó. Desde entonces, la calle está cortada y las vallas que acotan lo que otrora fue el número 29 no son las únicas de “Miguel Hernández”. “Hay otras por la caída de un muro”, señaló Torres, que apeló a la Administración local la búsqueda de una solución al problema de la infravivienda en el barrio. Esta reivindicación no es nueva y tampoco se circunscribe al ámbito ciudadano. En su día, como tantas veces han señalado el PP y el equipo de Gobierno local, la Junta de Andalucía prometió para San Vicente de Paúl y Antonio Díaz un plan de eliminación de la infravivienda. Sin embargo, no llegó a ejecutarse. Ahora, las esperanzas están puestas en la intervención del Ayuntamiento y también en el Plan Andaluz de la Vivienda, en la posibilidad de que incluya un apartado para acabar con ellas.