“Si hubiera querido matarla, no tendría solo unos cortes”

El acusado culpa a su mujer de llevar la navaja y que todo se produjo en un forcejeo

21 jun 2019 / 10:56 H.

Juan A. O., un vecino de Campillo de Arenas de 60 años, lleva más de diez meses en prisión preventiva, acusado de intentar matar a la que fue su esposa durante más de tres décadas. Presuntamente, la apuñaló en plena calle en varias ocasiones. Este hombre se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder de delitos de malos tratos, quebrantamiento de medida y homicidio en grado de tentativa: “Jamás he intentado hacerle daño a esa mujer”, dijo al tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia. De hecho, el procesado aseguró que fue su esposa la que sacó primero la navaja, que discutieron, que se produjo “un forcejeo” y que ambos cayeron al suelo: “Ella se cortó y yo me corté”, argumentó.

Juan A. O. explicó a la sala que acudió al vecino pueblo de Noalejo, donde trabajaba la denunciante, para ver a un carpintero. En el trayecto, se topó con el coche de la que todavía era su mujer, que estaba aparcado junto a la Casa de la Cultura. Pese a tener una orden de alejamiento en vigor, el acusado decidió entrar al edificio, sabiendo que ella estaba allí: “Quería que habláramos como personas, para poder arreglar las cosas y divorciarnos normalmente, sin destruir una familia”, relató al tribunal. Fue entonces cuando, según su versión, la mujer esgrimió una navaja en cuanto lo vio aparecer. Ambos salieron a la calle, donde se produjo “el forcejeo”: “Yo quería arrebatarle el arma. Si tengo intención de matarla, no le hago unos cortes”, concluyó Juan A. O.

Del mismo modo, negó haber controlado o maltratado a su esposa durante los 35 años que estuvieron casados: “Jamás le he puesto la mano encima”, dijo con firmeza.

Cuando terminó de declarar, el hombre se acomodó en el banquillo. Ni tan siquiera miró a su exmujer cuando entró en la sala de vistas. Visiblemente nerviosa, la denunciante ofreció una versión completamente distinta: “Si no le hubiera sujetado las manos, yo no estaría aquí en este momento. Vino a por mí, quería matarme”, dijo, entre sollozos. Habló del acusado como una persona “muy celosa y controladora”: “No me dejaba relacionarme con mis hermanas, quería saber siempre dónde estaba y me decía cómo tenía que vestir”, explicó la mujer. También habló de que, en ocasiones, llegó a agredirla físicamente.

Cuando le tocó recordar lo que pasó el 31 de julio de 2018, comenzó a llorar: “Entró con el cuchillo en la mano y me lo puso en la garganta, mientras me agarraba por detrás. Me vi atrapada en esa habitación y que me iba a matar”, relató. Según agregó, trató de calmarlo y lo convenció para salir a la calle, porque allí esperaba recibir ayuda. Sin embargo, lo que pasó es que comenzó a atacarla con el arma blanca: “Si no le hubiera sujetado las manos, estaría muerta”, explicó. La mujer sufrió varias heridas en el pecho y en la región costal. Varias personas que estaban en la zona lograron apartar al acusado: “Vi mucha sangre. Él estaba encima de ella. Lo cogí del cuello de la camisa y le di un tirón para quitarlo del jaleo”, relató uno de estos vecinos, que declaró como testigo.

Toda la escena quedó registrada en una grabadora que ella llevaba en el bolso porque así se lo habían aconsejado en el IAM después de interponer una primera denuncia por maltrato contra Juan A. O. en febrero de 2018. Parte de esos sonidos se escucharon en la sala de vistas de la Audiencia.

El juicio continuará hoy con la declaración de los peritos que atendieron a la denunciante y al acusado. En principio, la Fiscalía pide una condena de 11 años y medio de cárcel por delitos de homicidio en tentativa, violencia de género y quebrantamiento. La acusación particular eleva la petición hasta los 13. La defensa, por su parte, solicita la libre absolución, al entender que fue ella la que llevaba la navaja en el bolso. No obstante, y solo para el caso en que Juan A. O. fuera condenado, reclama que los hechos solo sean constitutivos de un delito de lesiones.